10 de Mayo
Publicado en Jun 22, 2009
En el hogar “Nuestros Recuerdos” las ancianitas se miraban unas a otras y sonreían, se peinaban las canitas y se perfumaban… era día de fiesta… y llegaros en tropel hijos, nieto, tataranietos, flores, regalos… era el día de las madres, su gran día del año. Una de las viejitas se llamaba Norberta y tenía de espacial dos cosas: eran la más regaloneada y era la única que no sonreía. Y pasó que cuando estaban todos en el comedor, cuanto avían crecido iguales al bullicio y la alegría, la señora Norberta se subió a una mesa, donde todos pudieran verla y los hizo callar. ¡Ahora vienen a verlos, los wuevones! - gritó- ¡un solo día al año, un solo día! después que les hemos dedicamos toda nuestra vida. Váyanse de aquí y no vuelvan… Pero no pudo seguir hablando, su voz de trueno fue consumida por el llanto… se abrazo a sus hijos y entre lágrimas repitió inconsolablemente: - ¿Por qué me dejaron aquí, si yo los quiero tanto? ¿Por que me abandonaron?
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Eduardo Fabio Asis