PEROGRULLADAS

Todo se desmorona, todo:
Los dioses y sus reinos celestiales,
sus ángeles, sus santos y sus templos,
los imperios y sus áulicos serviles,
las mafias con sus caudas asesinas,
la belleza, la fealdad y hasta la vida
pasaporte seguro hacia la muerte.
 
Se desmorona el amor y la esperanza,
la pasión, el recuerdo, el desengaño;
todo se desmorona, todo; nada queda,
ni siquiera el bondadoso olvido.
Tampoco el cosmos con sus amplias leyes,
sus galaxias y constelaciones,
sus sorpresas y excentricidades.
 
Esta farsa colosal del universo
me produce una sonora carcajada,
que también se desmorona como un eco
en la profunda vastedad del caos.
 
A reír y a gozar porque mañana
no habrá nada de nada... Y nada es nada.
Hasta el propio desmoronamiento,
que anuncio ahora con bombos y platillos
fungiendo de Casandra renovada,
acabará desmoronándose así mismo
en una debacle interminable.
¿Y después?...
Después no quedarán ni las palabras.