CELOS
Publicado en Jan 08, 2011
“Cuando vuelvas no estaré”, escribí el aciago día
en que me alejé de ti por restaurar nuestras vidas lo único que anhelaba y el camino que veía. Es que los malditos celos, esos que me perseguían, llenaban de desconfianzas cada minuto en mi vida. Si una mujer te miraba y más si te sonreía veía a mis pies abismos y el vértigo me atraía. Castigar a la atrevida, con cien tormentos pensé, de quien osó pretender, la fortuna que era mía. Eras el que tanto amaba, el que me pertenecía. Eso elucubraba yo, en mis locas fantasías, de creer que era tu dueña y están mis manos vacías. Cuántas veces te seguí, sin que te dieras ni cuenta y arriesgaba mi prestigio, tan solo por una idea que se adueñó de mi mente, sin ninguna consistencia. Fui tras de ti y me escondía para evitar que me vieras Era tan ciega y tan necia…... Un día me descubrió, para aumentar mi vergüenza Pedro, tu hermano menor. Se inició mi decadencia. Él sabía de mi casa, mi nombre y mi condición y debió de sorprenderse, bastante, cuando me vio, mezclada entre aquella chusma, como una más y así habló - Sabe mi hermano lo que haces? Tendré que decírselo. No es este tu medio ambiente, Para él será un deshonor saber que su “santa” novia anda sola y sin razón por lugares no apropiados…. No contesté sus reclamos, ni le di una explicación. El amor propio, a mis labios, neciamente, los selló. Volví a casa. Te escribí una breve despedida y me fui con mi equipaje, pero allí dejé perdidas toditas mis esperanzas. La locura de mis celos, que envenenaron mi amor y destruyeron mi vida.
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Daniel Florentino Lpez
Texto narrado con
solvencia y frescura
Felicitaciones
Un abrazo
Daniel