EL CONCILIO DE JERUSALN: LIBERTAD PARA GENTILES CONVERTIDOS.
Publicado en Jan 09, 2011
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EL CONCILIO DE JERUSALÉN:
LIBERTAD PARA GENTILES CONVERTIDOS.
 
Dios llamó a un gentil de Ur de los Caldeos, para de su descendencia saliera un pueblo, una nación, la cual sería depositaria de su palabra, por la que él se daría a conocer. Esa nación es Israel, y de una de sus tribus, de Judá, de la que nada se había dicho con relación al sacerdocio, vino Jesucristo, a quien Dios constituyó Sumo Sacerdote de los bienes venideros, según el orden de Melquisedec; y quien derramaría su sangre santa para quitar el pecado del mundo a todo el que creyese en él. A Dios le convino afligirlo porque a través de Jesucristo, su Hijo amado, llevaría a muchos hijos a la gloria. Para ello, Jesucristo fundó la iglesia sobre él, pues es él, la principal piedra del ángulo desechada por los edificadores; pero en quien, Abraham y todos los que aparecen en el capítulo once (11) de Hebreos (y muchísimos otros), se sostuvieron como viendo al invisible, a Cristo, la Roca, quien estaba en el Espíritu antes de encarnarse. Abraham, un gentil que le creyó a Dios, es considerado el padre de la fe, aunque otros como Enoc, como Noe, también habían demostrado fe; ahora por medio de la fe y en la gracia de Jesucristo, de los dos pueblos, israelitas y gentiles, Dios en Cristo hace un solo hombre en Jesucristo; ambos al convertirse a Cristo son miembros de su cuerpo que es la iglesia, que a ser levantada por Jesucristo, y así tendrá su gloria, o sea, nos hace participantes de su naturaleza divina: espíritu vivificante. Los apóstoles, incluido Pablo, sabían de esto, y querían que sus hermanos en la carne, los israelitas, fueran libertados por Jesucristo del yugo de la servidumbre impuesta por Dios en la circuncisión; pero el poco conocimiento de lo que Dios le reveló a Pablo en Jesucristo, impidió que eso sucediera como ellos lo deseaban, y provocó se convocara el único Concilio bíblico, el Concilio de Jerusalén.
Mis ruegos son por una parte, para que Israel no siga rechazando el cuerpo de Cristo, empecinados en vivir bajo la ley; creyendo que todo el que crea en Dios, tiene que sujetarse a las obras de la ley; por la otra parte, ruego que los gentiles que se conviertan al Señor, no se crean nación de Israel, ni se sujeten a establecido para ellos como tal, y que el entendimiento les sea ajustado a lo que dice la palabra de Dios, en lo acordado por el Espíritu Santo y los apóstoles, lo cual quedó estipulado en este Concilio; desechando de forma radical todo lo impuesto en concilios posteriores que son de carácter extra bíblico. Dejemos que sea la palabra de Dios quien nos hable y enseñe sobre este asunto: Veamos lo dicho en:
Hechos capítulo 15.
15:1 Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. 15:2 Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión. 15:3 Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos. 15:4 Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. 15:5 Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. 15:6 Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. 15:7 Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. 15:8 Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; 15:9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. 15:10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? 15:11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos. 15:12 Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles. 15:13 Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme. 15:14 Simón ha contado cómo Dios visitó por primera vez a los gentiles, para tomar de ellos pueblo para su nombre. 15:15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: 15:16 Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, 15:17 Para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, 15:18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. 15:19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, 15:20 sino que se les escriba que se aparten de las CONTAMINACIONES DE LOS ÍDOLOS, DE FORNICACIÓN, DE AHOGADO Y DE SANGRE. 15:21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo. 15:22 Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; 15:23 y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. 15:24 Por cuanto hemos oído que algunos que han salido de nosotros, a los cuales no dimos orden, os han inquietado con palabras, perturbando vuestras almas, mandando circuncidaros y guardar la ley, 15:25 nos ha parecido bien, habiendo llegado a un acuerdo, elegir varones y enviarlos a vosotros con nuestros amados Bernabé y Pablo, 15:26 hombres que han expuesto su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 15:27 Así que enviamos a Judas y a Silas, los cuales también de palabra os harán saber lo mismo. 15:28 Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: 15:29 que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien. 15:30 Así, pues, los que fueron enviados descendieron a Antioquía, y reuniendo a la congregación, entregaron la carta; 15:31 habiendo leído la cual, se regocijaron por la consolación. 15:32 Y Judas y Silas, como ellos también eran profetas, consolaron y confirmaron a los hermanos con abundancia de palabras. 15:33 Y pasando algún tiempo allí, fueron despedidos en paz por los hermanos, para volver a aquellos que los habían enviado. 15:34 Más a Silas le pareció bien el quedarse allí. 15:35 Y Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos. 15:36 Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. 15:37 Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; 15:38 pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. 15:39 Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, 15:40 y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, 15:41 y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.
 
Por falta de conocimiento, la iglesia ha adoptado la cultura israelita, ignorando en parte la libertad gloriosa a la que ha sido llamada; la cual, los apóstoles defendieron liderados por Pablo, el apóstol a los gentiles. Meditemos en las siguientes Escrituras que corroboran la posición seguida por ellos en cuanto a este tema:
 
Hechos 21:21 Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. 21:22 ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido. 21:23 Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. 21:24 Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley. 21:25 Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación. 21:26 Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos. 
 
Gálatas 2:1 Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito. 2:2 Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles (que bien haremos en estar atentos a esta Escritura). 2:3 Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego (gentil), fue obligado a circuncidarse; 2:4 y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, 2:5 a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros (¿Estamos entendiendo los gentiles que nos convertimos al Señor?). 2:6 Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron (Pablo fue a quien Dios apartó desde el vientre de su madre, para revelarle esta libertad). 2:7 Antes por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión 2:8 (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), 2:9 y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión. 2:10 Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer (¿Lo estamos haciendo hoy?). 2:11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 2:12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. 2:13 Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 2:14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? 2:15 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles (por causa del nombre de Jesucristo eran expulsados de la comunidad judía; por eso dice: y no pecadores de entre los gentiles), 2:16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. 2:17 Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.  5:1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres (Santiago afirma que seremos juzgados por la perfecta ley de la libertad), y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. 5:2 He aquí, yo Pablo os digo que si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. 5:3 Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley. 5:4 De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
 
La Jerusalén celestial, la de arriba, la que desciende del cielo como una esposa ataviada para su marido, ES LIBRE; El Padre, el Cordero, la iglesia morarán en su gloria; ella se posará sobre el monte de Sión. Allí no habrá luz de sol porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera; sus puertas estarán abiertas de día y de noche, y las naciones que fueren salvas llevarán a ella sus frutos. La iglesia del Señor, compuesta de judíos y gentiles (los cuales ya no son ni judíos ni gentiles, sino el cuerpo de Cristo), para ser levantada y comparecer ante el tribunal (Bema) de Cristo,  en las nubes, debe ser santa, irreprensible, sin mancha y sin arrugas. En el tribunal de Cristo, su obra el fuego la probará; quien haya sobreedificado en oro, plata y piedras preciosas, recibirá recompensa, y su destino final es el cuerpo de Cristo, en la gloria de su naturaleza divina (para esto, muchos son los llamados, y pocos los escogidos; puesto que para salvación o vida eterna, rige la palabra de Juan 3:16: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él crea, no se pierda, más tenga vida  eterna; es decir, no hay elección o escogencia como para la iglesia). Los que hubieren sobreedificado sobre heno, madera y hojarasca, el fuego consumirá su obra, y él sufrirá pérdida, pero quedará en el cuerpo de Cristo; según el orden de Dios, el 1 y 2, son dos grupos glorificados en Jesucristo; recordemos que él nos hace reyes y sacerdotes: unos serán reyes; los otros sacerdotes, los cuales reinarán con Cristo).
 
De todo corazón quiero que los miembros del cuerpo de Cristo o iglesia del Señor que se convierten de los gentiles a Cristo, sepan que el único yugo que debemos llevar en esta hermosa libertad gloriosa, es el de Jesucristo; la Biblia nos enseña que debemos llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo, quien descendiendo a las partes más bajas de la tierra, subió a lo alto llevando cautiva la cautividad, y dando dones a los hombres. La apostasía nos ha llevado a escuchar doctrinas anti bíblicas, acogiendo como verdad, lo acordado en los diferentes concilios religiosos mucho tiempo después de Jesucristo. Tenemos que volver en estos postreros tiempos a las sendas antiguas, a lo que se oyó desde el principio, porque si lo que se oyó desde el principio permanece en nosotros, permanecemos en el Padre y el Hijo. Nunca podemos ignorar la palabra de Dios, porque el hacerlo, es causa de extravío; Pablo, el apóstol a los gentiles escribió en Colosenses 2:1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea (última iglesia en Apocalipsis), y por todos los que nunca han visto mi rostro (los gentiles que se convirtieron y los que lo harían después); 2:2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, 
2:3 en quien (ese misterio del Dios Padre y de Cristo) están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. 2:4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas (los concilios extra bíblicos; la filosofía). 2:5 Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu (en la palabra, en la carta que les envió, y no que  su espíritu se trasladase de su cuerpo a ellos) estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo. 
2:6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; 2:7 arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. 2:9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 2:10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad
2:11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; 
2:12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
2:13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, (no tenemos que aportar nada a su obra redentora porque él es el Libertador) 2:14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 2:15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. 
 
El Concilio de Jerusalén dejó estipulado que a los gentiles que se conviertan al Señor, no se les inquiete con el yugo de la ley que ni los apóstoles ni sus padres habían podido llevar, lo cual es el tema tratado en este Concilio, y no solamente el punto de la circuncisión. Los gentiles nunca hemos estado bajo el yugo de la ley, y lo que debíamos de ella, Cristo lo pagó al cumplirla totalmente, poniendo según la Biblia, fin a la misma. Si la libertad con que Cristo nos hizo libre nos dice que ya ni siquiera somos gentiles, ni los judíos, judíos ¿Por qué quieren que la iglesia de origen gentil judaíce, si ni aún los que son de origen judío lo hacen, ni se sometieron a los de su raza que quisieron someterles de nuevo a esclavitud? La cultura judía no es en ninguna manera el yugo de la iglesia de origen gentil, sino Cristo que dio su vida por nosotros: Juan 8:31 dice: Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 8:32 (y entonces, y solo entonces) y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Hay que creer y permanecer en la palabra de Cristo (no en lo oído o acordado después de Cristo); así seremos sus discípulos; y después conoceremos la verdad que nos hará libres.
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Palabras Clave: Sabananueva

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