Dignidad
Publicado en Jan 12, 2011
Dos monedas en el bolsillo, me separan de la decencia. Busco entre los chóferes aquel que tenga la bondad en su rostro, para rogarle me ayude a llegar a casa. Gasté mis últimos recursos en la búsqueda de trabajo y me voy sin una respuesta. Me esperan mis retoños, seguramente ávidos de hambre y siento en mi estómago los golpes de la cesantía. Una señora me mira inquieta, llevo mucho tiempo en el paradero y ya parezco sospechoso; la entiendo, las cosas están difíciles hoy en día. ¿Tan malo será mi aspecto? Y pensar que hasta unos meses atrás era persona.
Unos muchachos lo empujaron, para subir a una micro que estaba detenida. Cuando ésta partió, no sólo llevaba a los jóvenes, sino también, lo último de dignidad que le quedaba a aquel hombre.
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Esteban Valenzuela Harrington
Un abrazo,
Esteban
Esteban Valenzuela Harrington
Sólo quería reflejar el sentimiento de aquel que debe sufrir la cesantía. Si bien nadie es indigno por no tener un trabajo, creéme que de algún modo la sociedad a veces te hace sentir así.
Gracias por tu comentario.
Saludos
MAVAL
le pertenece en este país u en otro
claro la principal dignidad del hombre y la mujer
es tener un trabajo digno...aunque de aquello ya podemos decir mucho
Una realidad palpable en estos tiempos
que esta pegando más duro cada día...
y eso que dijeron que el cambio sería de lo mejor...
ver para creer...!
saludos!
Daniel Florentino Lpez
Bien reflejada la angustia
de quien no tiene empleo
Un abrazo
Daniel