felicidad
Publicado en Jan 14, 2011
La humanidad pareció estar a salvo en días en los que amaba la vida, toda vida; en días en que éramos tapa de revista y asumíamos, tan vanos, esa aristocracia de perfectos enamorados a quienes las comadres flotantes en escobas mágicas hacían reverencia, saludando nuestro paso entre los montículos de las hojas secas que acababan de barrer de las veredas. (Según Isabel, tales víboras no hacían más que maldecirnos entre dientes). Sí, en aquellos viejos días en los que yo peroraba y peroraba y ella me escuchaba (y, ay, quizás me amaba), abandonaba mi nudismo a ultranza para ir a comprar caramelos, forros y cigarrillos en el mismo leonino kiosko de siempre; sí, en aquellos días del albor de la amistad del mejor amor, en tardes turquesas y de tintineares en los bares donde Isabel me celaba, teatral aunque encantada, por culpa de las miradas que me proponían audaces colegialas acaso embriagadas por tanta feromona rezumada por mi piel; yo, aún sensatamente, dejaba hacer y también pasar esas galanterías que merecidamente se ganaba su rubia beldad; en aquellos días de atardeceres en los que, tomados de la mano, salíamos del cine a por un capuchino y un tardío café con leche con medialunas; en besos, intercambiábamos tajadas de ananá o nuestras meras lenguas, en las noches en que orbitaban los eones y el neón del centro, visto desde aquel taxi vuelto limusina que nos llevaba de regreso, adoptaba la onírica rozagancia de los transatlánticos en lontananza, esa a la que yo llamaba felicidad.
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Jesus Eduardo Lopez Ortega
Muy buena historia.
Entre sueños nos lleva a la felicidad.
Saludos a ti y a Isabel.
Verano Brisas
Delfy
definitivamente Bueno!
Andica
Mastropiero
Hoz Leudnadez
y escupe sus elocuentes distancias con lo que se desconoce...
me recuerda al viejo dicho de confusio que confundìa
"conocete a ti mismo, antes de conocer lo desconocido que no se puede corregir"
què felicidad... la mìa cabròn!!! de volverte a leer
eres uno de esos... de puta madre hermano
salut
ah! y por cierto, me dijo el Roberto que te mandara un abrazo...
pero sabras que es una mentada de madre no?
espero luego poder hablar los tres mientras se bebe... -en lìnea bendita tecnologìa!!!
Esteban Valenzuela Harrington
Bella forma de referirte a la felicidad de otros días de antaño.
Muy bueno,
Esteban
Alma Andrea
lo imprimiré para releer y seguir imaginando, tal vez, ese rezumo y rozagancia...
Saludos Rex!