LA TIERRA ES SEGADA (THERIZO); LA IGLESIA Y SUS FRUTOS ES LEVANTADA.
Publicado en Jan 19, 2011
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LA TIERRA ES SEGADA (THERIZO);
LA IGLESIA Y SUS FRUTOS ES LEVANTADA.
 
Es común la creencia de que la iglesia del Señor va a ser raptada secretamente por él, como si él fuese un ladrón (siendo Satanás el ladrón, ya que vino a robar, a matar y a destruir) que tuviese que robar a su novia, para después presentársela a su Padre. Según la Concordancia Greco-Española del Nuevo Testamento, la única vez que se utiliza en el NT la palabra rapto no como palabra o término utilizado como tal, sino la traducción de otro, es en la cita de Hechos 11:5 Estaba yo en la ciudad de Jope orando, y vi en éxtasis (ekstasis: rapto de entendimiento) una visión; algo semejante a un gran lienzo que descendía, que por las cuatro puntas era bajado del cielo y venía hasta mí. Dios tiene un orden específico en el  Padre y en el Hijo; en ese orden está escrita su Palabra, y está fundamentada su doctrina, su creación, su plan de gobierno y todos sus hechos; la Biblia habla de siembra y de siega, mostrando claramente que la semilla o simiente que se siembra, es su bendita y santa Palabra, que produce los frutos que han de ser segados de su producido en dos resurrecciones: la primera resurrección que consta de dos actos: Jesucristo bajará del trono de Dios a las nubes, y levantará a la iglesia y sus obras o frutos, para después venir en gloria con su santa decenas de millares de ángeles, y poner un pie sobre el mar y el otro sobre el monte de los Olivos desde donde ascendió a los cielos, el cual se partirá en dos: una parte al norte (1) y la otra al sur (2), y todos los muertos (buenos y malos) serán resucitados y comparecerán ante él en el juicio a las naciones, de los cuales, unos serán puestos a su derecha como benditos de su Padre (salvos), y los otros a su izquierda como malditos de su Padre, quienes después de pagar su condena, morirán por segunda vez, es decir, de acuerdo a su Palabra, sus espíritus volverán a Dios que los dio, y su cuerpos serán lanzados al fuego eterno, puesto que, polvo eres, y en polvo te convertirás.
Ekleptos es el término griego que designa tanto a escogidos o elegidos (1 y 2), los cuales conforman la ekklesia o iglesia; judíos y gentiles (1 y 2) tienen participación en esta elección, y al obedecer, las Escrituras no los consideran como tales, sino como hijos de Dios, los primogénitos que reciben doble herencia, las primicias de sus criaturas en la resurrección y gloria final en el cuerpo de Cristo, y serán reyes y sacerdotes (1 y 2); quienes en el tribunal de Cristo serán juzgados según sus obras: sobre edificación en el fundamento que es Cristo; oro, plata y piedras preciosas (1); y madera, heno y hojarasca (2).
Nunca debemos olvidar que las Escrituras son la palabra de Dios; su voluntad para que todos se acerquen a él a través del camino que no es otro que su Hijo Jesucristo. Esta voluntad de Dios se ha ido revelando a través del tiempo y de acuerdo al propósito que él diseñó para que las cosas en su debido tiempo sucedieran; en ella habían misterios por revelar y Dios llama a Saulo de Tarso para revelarle a Jesucristo y el propósito de Dios para con los gentiles, los cuales son escogidos también al igual que los judíos, para ser miembros del cuerpo de Cristo, y para alcanzar salvación. Saulo es llamado Pablo, y en su ministerio él nos entrega lo contenido en Colosenses 2:1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que están en Laodicea , y por todos los que nunca han visto mi rostro; 2:2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre (1), y de Cristo (2), 2:3 en quien (ese misterio) están escondidos todos los tesoros de la sabiduría (1) y del conocimiento (2). 2:4 Y esto lo digo para que nadie os engañe (1) con palabras persuasivas (2). Pablo sabe por revelación de Dios en Cristo, que hay entender (1) y conocer (2) (ginosko: palabra griega para ambos casos) este misterio del Padre y de Cristo (Jeremías 9:23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. 9:24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.); porque en ese misterio están todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento! Por ese motivo, debemos ceñirnos a lo dicho por Dios en su palabra, quien en sus salutaciones en las cartas del NT, dice claramente que la gracia (1) y la paz (2) son de Dios Padre (1) y del señor Jesucristo (2). 
Según las Escrituras, la siega o levantamiento de la iglesia y sus frutos para recibir al Señor en las nubes, será un acontecimiento tan público (Dios no hace nada en un rincón), que al aparecer en el cielo la señal del Hijo del Hombre, todo ojo le verá, y las potencias de los cielos serán conmovidas hasta el punto que habrá obscuridad y las estrellas caerán del cielo. Para confirmar esto, dejemos que ellas sean quienes nos lo digan, en las citas que veremos a continuación; resaltando el orden de Dios, el Verbo con el Verbo; el Padre con el Hijo, el 1 y 2 en que está escrita su bendita palabra, y que armoniosamente está en toda ella:
Segar o segada del griego therizo, relacionada con theros de Mateo 24:32; Marcos 13:28 y Lucas 21:30;  donde es utilizada para designar que el verano está cerca (En la gran tribulación cuando esté en el lugar santo la abominación desoladora, Jesús les dice a sus discípulos que rueguen para que su huida no sea en invierno, porque la siega de la tierra y sus frutos, debe ser en verano).
Se utilizó therizo para traducir segar (o tiempo de la siega),  en:
Mateo 6:26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan (1), ni recogen en graneros (2); y vuestro Padre celestial las alimenta (1). ¿No valéis vosotros mucho más que ellas (2)? (Lucas 12:24).25:24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste (1 y 2) y recoges donde no esparciste (1 y 2); 25:25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí  tu talento en la tierra (1); aquí tienes lo que es tuyo (2). 25:26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente (1 y 2), sabías que siego donde no sembré (1 y 2), y que recojo donde no esparcí (1 y 2)(Lucas 19:21-22). 
Juan 4:35 ¿No decís vosotros (1): Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega (2)? He aquí os digo (1): Alzad vuestros ojos y mirad los campos (2), porque ya están blancos (1) para la siega (2). 4:36 Y el que siega recibe salario (1), y recoge fruto para vida eterna (2), para que el que siembra (1) goce juntamente con el que siega (2). 4:37 Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra (1), y otro es el que siega (2)
4:38 Yo os he enviado a segar (1) lo que vosotros no labrasteis (2); otros labraron (1), y vosotros habéis entrado en sus labores (2). 
1ª a los Corintios 9:11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual (1), ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material (2)?
2ª a los Corintios 9:6 Pero esto digo: El que siembra escasamente (1), también segará escasamente (2); y el que siembra generosamente (1), generosamente también segará (2). 9:7 Cada uno dé como propuso en su corazón (sin imposición de voluntad ni de cantidad): no con tristeza (1), ni por necesidad (2), porque Dios ama al dador alegre. No olvidemos que la semilla o simiente no es el dinero sino la palabra de Dios, la cual da frutos para vida eterna.
Gálatas 6:7 No os engañéis (1); Dios no puede ser burlado (2): pues todo lo que el hombre sembrare (1), eso también segará (2). 6:8 Porque el que siembra para su carne (1), de la carne segará corrupción (2) (si siembras plata para pactar con Dios como hacen hoy en día, Dios hará que siegues plata, pero la plata es tesoro de este mundo que se corrompe); mas el que siembra para el Espíritu (1) (la palabra), del Espíritu segará vida eterna (2). 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien (1); porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos (2). 
Santiago 5:4 He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras (1), el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros (2); y los clamores de los que habían segado (1) han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos (2).
14:1 Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion (1), y con él ciento cuarenta y cuatro mil (2), que tenían el nombre de él (1) y el de su Padre escrito en la frente (2) (nada dice del nombre de la tercera persona). 14:2 Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas (1), y como sonido de un gran trueno (2); y la voz que oí (1) era como de arpistas que tocaban sus arpas (2). 14:3 Y cantaban un cántico nuevo delante del trono (1), y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos (2); y nadie podía aprender el cántico (1) sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra (2) ( de las doce tribus de Israel, exceptuando la de Dan, que por idolatría, perdió ese derecho, siendo reemplazada por la tribu de Manasés, segundo descendiente de José, pues el primogénito es Efraín, el cual representa a la tribu de su padre). 14:4 Estos son los que no se contaminaron con mujeres (1), pues son vírgenes (2). Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va (1). Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero (2); 14:5 y en sus bocas no fue hallada mentira (1), pues son sin mancha delante del trono de Dios (2) (no pecan, no mueren, y al no pasar por resurrección, si se casan y se dan en casamiento con las hijas de Sión a las que Dios en Cristo lavará sus inmundicias, para que procreen la raza judía que poblará la nueva tierra, cumpliéndose así la promesa de Dios a Abraham, de que su descendencia no podía ser contada, pues serán multiplicados en la eternidad). 14:6 Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra (1), a toda nación, tribu, lengua y pueblo (2), 14:7 diciendo a gran voz: Temed a Dios (1), y dadle gloria (2), porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo (1) y la tierra (2), el mar (1) y las fuentes de las aguas (2). 14:8 Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad (1), porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación (2). 14:9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz (1): Si alguno adora a la bestia y a su imagen  (2), y recibe la marca en su frente (1) o en su mano (2), 14:10 él también beberá del vino de la ira de Dios (1), que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira (2); y será atormentado con fuego (1) y azufre (2) delante de los santos ángeles (1) y del Cordero (2) ; 14:11 y el humo de su tormento (1) sube por los siglos de los siglos (2). Y no tienen reposo de día (1) ni de noche (2) los que adoran a la bestia (1) y a su imagen (2), ni nadie que reciba (1) la marca de su nombre (2). 14:12 Aquí está la paciencia de los santos (1), los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús (2). 14:13 Oí una voz que desde el cielo me decía (1): Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor (2). Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos (1), porque sus obras con ellos siguen (2).
Para mies se utiliza therismos también en las siguientes citas:
Mateo 9:37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha (1), mas los obreros pocos (2). 9:38 Rogad, pues, al Señor de la mies (1), que envíe obreros (theristes) a su mies (2) (Lucas 10:2). 13:30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro (1) hasta la siega (2); y al tiempo de la siega (1) yo diré a los segadores (2): Recoged primero la cizaña (1), y atadla en manojos para quemarla (2); pero recoged el trigo (1) (mies) en mi granero (2).
Marcos 4:29 y cuando el fruto está maduro (1), en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado (2).
Juan 4:35 ¿No decís vosotros (1): Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega (2)? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos (1), porque ya están blancos para la siega (2)
Tribulación: griego Thlipsis.
Mateo 13:21 pero no tiene raíz en sí (1), sino que es de corta duración (2), pues al venir la aflicción (1) o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza (2)  (Marcos 4:17) .24:9 Entonces os entregarán a tribulación (1), y os matarán (2), y seréis aborrecidos de todas las gentes (1) por causa de mi nombre (2) (Nunca podemos creer que la iglesia sea librada de la prueba=tentación=peirazo, que ha de tentar a los moradores de la tierra, porque muchos serán mártires que serán muertos en ella, por causa del nombre de Jesús; la iglesia pasará por la gran tribulación). 24:21 porque habrá entonces gran tribulación (1), cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá (2) (Marcos 13:19). 24:29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá (1), y la luna no dará su resplandor (2), y las estrellas caerán del cielo (1), y las potencias de los cielos serán conmovidas (2). 24:30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo (1); y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra (2), y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo(1) con poder y gran gloria (2) (Por usar de interpretación en lo que es revelación de Dios, se ha creído equivocadamente que aquí Jesucristo viene a la tierra sobre una nube o sobre las nubes, y esto no es lo que la Biblia dice aquí; lo que se está enseñando y afirmando es que Jesucristo descenderá del cielo a las nubes a buscar a su iglesia: Veamos lo dicho en 1ª a los Tesalonicenses 4:16-17: Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.) (Marcos 13:24). 24:31 Y enviará sus ángeles (1) con gran voz de trompeta (2), y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos (1), desde un extremo del cielo hasta el otro (2). 24:32 De la higuera (1) aprended la parábola (2): Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas (1), sabéis que el verano está cerca (2). 24:33 Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas (1), conoced que está cerca, a las puertas (2). 
Hechos 14:22 confirmando los ánimos de los discípulos (1), exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles (2): Es necesario que a través de muchas tribulaciones (1) entremos en el reino de Dios (2). 20:23 salvo que el Espíritu Santo (1) por todas las ciudades me da testimonio (2), diciendo que me esperan prisiones (1) y tribulaciones (2).
Romanos 5:3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones (1), sabiendo que la tribulación produce paciencia (2); 5:4 y la paciencia, prueba (1); y la prueba, esperanza (2). 8:35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo (1)? ¿Tribulación (2), o angustia (1), o persecución (2), o hambre (1), o desnudez (2), o peligro (1), o espada (2)? 8:36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo (1); 
Somos contados como ovejas de matadero (2).
2ª a los Corintios 1:4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones (1), para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación (2), por medio de la consolación (1) con que nosotros somos consolados por Dios (2). 1:5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo (1), así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación (2). 1:6 Pero si somos atribulados (1), es para vuestra consolación y salvación (2); o si somos consolados (1), es para vuestra consolación y salvación (2), la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones (1) que nosotros también padecemos (2). 1:7 Y nuestra esperanza (1) respecto de vosotros es firme (2), pues sabemos que así como sois compañeros en las aflicciones (1), también lo sois en la consolación (2). 1:8 Porque hermanos (1), no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia (2); pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas (1), de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida (2). 1:9 Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte (1), para que no confiásemos en nosotros mismos (2), sino en Dios (1) que resucita a los muertos (2); 1:10 el cual nos libró (1), y nos libra (2), y en quien esperamos que aún nos librará (1), de tan gran muerte (2). 2:4 Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón (1) os escribí con muchas lágrimas (2), no para que fueseis contristados (1), sino para que supieseis cuán grande es el amor que os tengo (2). 4:17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros (1) un cada vez más excelente y eterno peso de gloria (2); 4:18 no mirando nosotros las cosas que se ven (1), sino las que no se ven (2); pues las cosas que se ven son temporales (1), pero las que no se ven son eternas (2). 6:4 antes bien (1), nos recomendamos en todo como ministros de Dios (2), en mucha paciencia (1), en tribulaciones (2), en necesidades (1), en angustias (2). 7:4 Mucha franqueza tengo con vosotros (1); mucho me glorío con respecto de vosotros (2); lleno estoy de consolación (1); sobreabundo de gozo en todas nuestras tribulaciones (2). 8:2 que en grande prueba de tribulación (1), la abundancia de su gozo (2) y su profunda pobreza (1) abundaron en riquezas de su generosidad (2). 
Efesios 3:13 por lo cual pido que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros (1), las cuales son vuestra gloria (2).
Filipenses 1:16 Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente (1), pensando añadir aflicción a mis prisiones (2). 4:14 Sin embargo (1), bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación (2).
Colosense 1:24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros (1), y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia (2).
1ª a los Tesalonicenses 1:6 Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros (1) y del Señor (2), recibiendo la palabra en medio de gran tribulación (1), con gozo del Espíritu Santo (2).
2ª a los Tesalonicenses 1:4 tanto (1), que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios (2), por vuestra paciencia (1) y fe (2) en todas vuestras persecuciones (1) y tribulaciones que soportáis (2)
Hebreos 10:33 por una parte (1), ciertamente (2), con vituperios (1) y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo (2); y por otra (1), llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante (2). 10:34 Porque de los presos también os compadecisteis (1), y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo (2), sabiendo que tenéis en vosotros una mejor (1) y perdurable herencia en los cielos. (2).
Santiago 1:27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre (1) es esta (2): Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones (1), y guardarse sin mancha del mundo (2).
Apocalipsis 1:9 Yo Juan, vuestro hermano (1), y copartícipe vuestro en la tribulación (2), en el reino y en la paciencia de Jesucristo (1), estaba en la isla llamada Patmos (2), por causa de la palabra de Dios (1) y el testimonio de Jesucristo (2). 2:9 Yo conozco tus obras (1), y tu tribulación (2), y tu pobreza (pero tú eres rico) (1), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos (2), y no lo son (1), sino sinagoga de Satanás (2). 2:10 No temas en nada lo que vas a padecer (1). He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel (2), para que seáis probados (1), y tendréis tribulación por diez días (2). Sé fiel hasta la muerte (1), y yo te daré la corona de la vida (2). 2:22 He aquí, yo la arrojo en cama (1), y en gran tribulación (2) a los que con ella adulteran (1), si no se arrepienten de las obras de ella (2). 7:14 Yo le dije: Señor, tú lo sabes (1). Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación (2), y han lavado sus ropas (1), y las han emblanquecido en la sangre del Cordero (2). 7:15 Por esto están delante del trono de Dios (1), y le sirven día y noche en su templo (2); y el que está sentado sobre el trono (1) extenderá su tabernáculo sobre ellos (2). 7:16 Ya no tendrán hambre (1) ni sed (2), y el sol no caerá más sobre ellos (1), ni calor alguno (2); 7:17 porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida (1); y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos (2).
Apocalipsis 6:9 Cuando abrió el quinto sello (1), vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos (2) por causa de la palabra de Dios (1) y por el testimonio que tenían (2). 6:10 Y clamaban a gran voz, diciendo (1): ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra (2)? 6:11 Y se les dieron vestiduras blancas (1), y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo(2), hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos (1), que también habían de ser muertos como ellos (2). 6:12 Miré cuando abrió el sexto sello (1), y he aquí hubo un gran terremoto (2); y el sol se puso negro como tela de cilicio (1), y la luna se volvió toda como sangre (2); 6:13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra (1), como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento (2). 6:14 Y el cielo se desvaneció (1) como un pergamino que se enrolla (2); y todo monte y toda isla (1) se removió de su lugar (2). 6:15 Y los reyes de la tierra, y los grandes (1), los ricos (2), los capitanes (1), los poderosos (2), y todo siervo (1) y todo libre (2), se escondieron en las cuevas (1) y entre las peñas de los montes (2); 6:16 y decían a los montes (1) y a las peñas (2): Caed sobre nosotros (1), y escondednos (2) del rostro de aquel que está sentado sobre el trono (1), y de la ira del Cordero (2); 6:17 porque el gran día de su ira ha llegado (1); ¿y quién podrá sostenerse en pie (2)?
Fe (pistis) y paciencia (upomonie) de los santos.
2ª a los Tesalonicenses 1:4 tanto (1), que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios (2), por vuestra paciencia y fe (2) en todas vuestras persecuciones (1) y tribulaciones que soportáis (2). 
Santiago 1:3 sabiendo que la prueba de vuestra fe (1) produce paciencia (2).
Apocalipsis 2:19 Yo conozco tus obras (1), y amor (2), y fe (1), y servicio (2), y tu paciencia (1), y que tus obras postreras son más que las primeras (2). 13:10 Si alguno lleva en cautividad (1), va en cautividad (2); si alguno mata a espada (1), a espada debe ser muerto (2). Aquí está la paciencia (1) y la fe de los santos (2). 14:12 Aquí está la paciencia de los santos (1), los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús (2). 
Para Prueba: Dokime
Romanos 5:4 y la paciencia (1), prueba (2); y la prueba (1), esperanza (2).
2ª a los Corintios 8:2 que en grande prueba de tribulación (1), la abundancia de su gozo (2) y su profunda pobreza (1) abundaron en riquezas de su generosidad (2). 
Someter a prueba: Dokimion
Santiago 1:3 sabiendo que la prueba de vuestra fe (1) produce paciencia (2). 
1 Pedro 1:7 para que sometida a prueba vuestra fe (1), mucho más preciosa que el oro (2), el cual aunque perecedero (1) se prueba con fuego (1), sea hallada en alabanza (1), gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo (2). 
Probados o aprobados: Dokimos.
1ª a los Corintios 11:19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones (1), para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados (2).
2ª a los Corintios 10:18 porque no es aprobado el que se alaba a sí mismo (1), sino aquel a quien Dios alaba (2). 13:7 Y oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis (1); no para que nosotros aparezcamos aprobados (2), sino para que vosotros hagáis lo bueno (1), aunque nosotros seamos como reprobados (2). 
2ª a Timoteo 2:15 Procura con diligencia (1) presentarte a Dios aprobado (2), como obrero que no tiene de qué avergonzarse (1), que usa bien la palabra de verdad (2). 
 Santiago 1:12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación (1); porque cuando haya resistido la prueba (2), recibirá la corona de vida (1), que Dios ha prometido a los que le aman (2). 
Ser probado: Dokimazo
1ª a los Corintios 3:13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará (1), pues por el fuego será revelada (2); y la obra de cada uno cuál sea (1), el fuego la probará (2). 11:28 Por tanto (1), pruébese cada uno a sí mismo (2), y coma así del pan (1), y beba de la copa (2). 
2ªa los Corintios 8:8 No hablo como quien manda (1), sino para poner a prueba (2), por medio de la diligencia de otros (1), también la sinceridad del amor vuestro (2). 13:5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe (1); probaos a vosotros mismos (2). ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros (1), a menos que estéis reprobados (2)? 
Gálatas 6:4 Así que, cada uno someta a prueba su propia obra (1), y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro (2).
1ª a los Tesalonicenses 2:4 Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio (1), así hablamos (2); no como para agradar a los hombres (1), sino a Dios, que prueba nuestros corazones (2). 5:21 Examinadlo todo (1); retened lo bueno (2). 
1ª a Timoteo 3:10 Y éstos también sean sometidos a prueba primero (1), y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles (2).
1ª de Pedro 1:7 para que sometida a prueba vuestra fe (1), mucho más preciosa que el oro (2), el cual aunque perecedero (2) se prueba con fuego (2), sea hallada en alabanza (1), gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo (2), 
1ª Juan 4:1 Amados (1), no creáis a todo espíritu (2), sino probad los espíritus (1) si son de Dios (2); porque muchos falsos profetas (1) han salido por el mundo (2). 
Para prueba  en Apocalipsis 3:10 se utilizó el término griego peirazo, que traduce tentación y no prueba: Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia (1), yo también te guardaré de la hora de la prueba (peirazo=tentación) que ha de venir sobre el mundo entero (2), para probar (peirazo=tentar) (1) a los que moran sobre la tierra (2). Esto dice también 1ª a los Tesalonicenses 1:10: Y esperar á su Hijo de los cielos, al cual resucitó de los muertos; á Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir. Romanos 5:9 Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de El. La iglesia será librada no de la gran tribulación,  sino de la tentación que vendrá sobre los que moran en la tierra, cuyos nombres no están inscritos en el libro de la vida; es una tentación porque lo  que ofrecerá el anticristo es que reciban la marca del sistema de gobierno que resurgirá como el octavo de entre los siete que han esclavizado a Israel (no olvides que de ese sistema te libró Dios en Jesucristo; tú al igual que yo, fuimos esclavos de ese sistema, cuando se nos enseñó a decir: yo soy católico, apostólico y romano), para que así fácilmente, se les solucionen los problemas de comprar y vender y tener todas las cosas terrenales; olvidando estos que la reciban, que de esa manera recibirán la sentencia de muerte eterna que derramará Dios en su ira.
Peirazo es el mismo término utilizado en:
Mateo 4:1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto (1), para ser tentado (peirazo) por el diablo (2). 4:2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches (1), tuvo hambre (2). 4:3 Y vino a él el tentador (peirazo), y le dijo (1): Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan (2). 16:1 Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle (peirazo) (1), y le pidieron que les mostrase señal del cielo (2). 19:3 Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole (peirazo) y diciéndole (1): ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? (2) 22:18 Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo (1): ¿Por qué me tentáis (peirazo), hipócritas? (2) 22:35 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarle (peirazo), diciendo (1): 22:36 "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley (2)?"
Juan 8:6 Mas esto decían tentándole (peirazo) (1), para poder acusarle (2). Pero Jesús, inclinado hacia el suelo (1), escribía en tierra con el dedo (2). 
Lo mismo sucede en Hechos 5:9 Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar (peirazo) al Espíritu del Señor (1)? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti (2). 15:10 Ahora, pues, ¿por qué tentáis (peirazo) a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos (1) un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar (2)? 
1ª a los Corintios 7:5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento (1), para ocuparos sosegadamente en la oración (2); y volved a juntaros en uno (1), para que no os tiente (peirazo) Satanás a causa de vuestra incontinencia (2). 10:9 Ni tentemos (peirazo) al Señor (1), como también algunos de ellos le tentaron (peirazo), y perecieron por las serpientes (2). 10:13 No os ha sobrevenido ninguna tentación (peirazo) que no sea humana(1); pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados (peirazo)  más de lo que podéis resistir (2), sino que dará también juntamente con la tentación (peirazo)  la salida (1), para que podáis soportar (2). 
Gálatas 6:1 Hermanos (1), si alguno fuere sorprendido en alguna falta (2), vosotros que sois espirituales (1), restauradle con espíritu de mansedumbre (2), considerándote a ti mismo (1), no sea que tú también seas tentado (peirazo) (2). 
1ª a los Tesalonicenses 3:5 Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más (1), envié para informarme de vuestra fe (2), no sea que os hubiese tentado el tentador (peirazo) (1), y que nuestro trabajo resultase en vano (2). 
Hebreos 2:18 Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado (peirazo) (1), es poderoso para socorrer a los que son tentados (peirazo) (2). 3:9 Donde me tentaron (peirazo) vuestros padres (1); me probaron, y vieron mis obras cuarenta años (2). 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades (1), sino uno que fue tentado (peirazo) en todo (2) según nuestra semejanza (1), pero sin pecado (2). 11:37 Fueron apedreados (1), aserrados (2), puestos a prueba (peirazo) (1), muertos a filo de espada (2); anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras (1), pobres (2), angustiados (1), maltratados (2).
Santiago 1:13 Cuando alguno es tentado (peirazo) (1), no diga que es tentado (peirazo) de parte de Dios (2); porque Dios no puede ser tentado (peirazo) por el mal (1), ni él tienta (peirazo) a nadie (2); 1:14 sino que cada uno es tentado (peirazo) (1), cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido (2).
Apocalipsis 2:2 Yo conozco tus obras (1), y tu arduo trabajo y paciencia (2); y que no puedes soportar a los malos (1), y has probado (peirazo)  a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos (2). 2:10 No temas en nada lo que vas a padecer (1). He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel (2), para que seáis probados (peirazo) (1), y tendréis tribulación por diez días (2). Sé fiel hasta la muerte (1), y yo te daré la corona de la vida (2). 
Primicias: aparque. La iglesia son las primicias que resucitarán en el segundo orden, o primera resurrección: Cristo ya resucitó! Los que son de Cristo lo harán al venir Jesucristo de las nubes con su santa decenas de millares de ángeles (la iglesia entre ellos, pues al resucitar, seremos como ellos; ni nos casamos, ni nos damos en casamiento) Esto lo afirma la Biblia en: Zacarías 14:1-4 Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está enfrente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur»
Cristo es primicia de los que durmieron; él es el único que ha resucitado; pues en todo tiene la preeminencia:
1Corintios 15:20 Más ahora Cristo ha resucitado de los muertos  (1); primicias (aparque) de los que durmieron es hecho (2). 15:22 Porque así como en Adán todos mueren (1), también en Cristo todos serán vivificados (2). 15:23 Pero cada uno en su debido orden (tagma) (1): Cristo (2), las primicias (aparque) (1); luego los que son de Cristo, en su venida (2). 15:24 Luego el fin (1), cuando entregue el reino al Dios y Padre (2), cuando haya suprimido todo dominio (1), toda autoridad y potencia (2).
Romanos 8:23 y no sólo ella (1), sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias (aparque) del Espíritu (2), nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción (1), la redención de nuestro cuerpo (2) (cuerpo glorificado como el de Jesucristo). 
Santiago 1:18 El (1), de su voluntad (2), nos hizo nacer por la palabra de verdad (1), para que seamos primicias de sus criaturas (2).
La Biblia enseña que hay dos resurrecciones (1 y 2): la primera resurrección y la segunda resurrección. La primera resurrección consta de dos actos: la resurrección de los que han muerto en Cristo (1), y la resurrección de los que son de Cristo en su venida (2); para la segunda resurrección Jesucristo está aquí, y esta resurrección tendrá dos actos: unos muertos los entrega el mar (1), y los otros el Hades o sepulcro (2).
No puede haber resurrección de muertos fuera de estas dos resurrecciones; por lo tanto, la resurrección de los dos testigos a los que matará el sistema político o la primera bestia de Apocalipsis 13, como mueren en la Gran Tribulación y son  profetas mártires, hacen parte de la iglesia, y resucitarán juntos con las primicias de las criaturas de Dios, o sea la iglesia del Señor Jesucristo; por eso se le pide en la visión que Juan vio a las almas de los decapitados por causa de la palabra, que esperasen un poco de tiempo, hasta que se completasen el número de sus consiervos que han de ser muertos como ellos (los dos testigos y los demás que lavan sus ropas en la Gran Tribulación)
Los dos testigos no pueden ser más, pues este es el orden de Dios: 1 y 2 (pueden ser: un profeta de origen judío y un profeta de origen gentil, pues la iglesia tiene miembros de ambos)
Apocalipsis 11:3 Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días (1), vestidos de cilicio (2). 11:4 Estos testigos son los dos olivos (1), y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra (2). 11:5 Si alguno quiere dañarlos (1), sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos (2); y si alguno quiere hacerles daño (1), debe morir él de la misma manera (1). 11:6 Estos tienen poder para cerrar el cielo (1), a fin de que no llueva en los días de su profecía (2); y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre (1), y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran (2). 11:7 Cuando hayan acabado su testimonio (1), la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos (2), y los vencerá (1) y los matará (2). 11:8 Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto (1), donde también nuestro Señor fue crucificado (2). 11:9 Y los de los pueblos (1), tribus (2), lenguas (1) y naciones (2) verán sus cadáveres por tres días y medio (1), y no permitirán que sean sepultados (2). 11:10 Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán (1), y se enviarán regalos unos a otros (2); porque estos dos profetas (1) habían atormentado a los moradores de la tierra (2). 11:11 Pero después de tres días y medio (1) entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios (2), y se levantaron sobre sus pies (1), y cayó gran temor sobre los que los vieron (2). 11:12 Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía (1): Subid acá (2). Y subieron al cielo en una nube (2); y sus enemigos los vieron (2). 11:13 En aquella hora (1) hubo un gran terremoto (2), y la décima parte de la ciudad se derrumbó (1), y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres (2); y los demás se aterrorizaron (1), y dieron gloria al Dios del cielo (2). 11:14 El segundo ay pasó (1); he aquí, el tercer ay viene pronto (2).
La espera de los tres días y medio para la resurrección de los dos testigos, concordará con la partida de la iglesia del Señor, porque ellos son iglesia del Señor.
LA TIERRA ES SEGADA (THERIZO): la iglesia y sus frutos, levantada:
Apocalipsis 14:14 Miré, y he aquí una nube blanca (1); y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre (2), que tenía en la cabeza una corona de oro (1), y en la mano una hoz aguda (2). 14:15 Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega (1); porque la hora de segar ha llegado, pues la mies (therismos) de la tierra está madura (xeranio) (2). 14:16 Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra (1), y la tierra fue segada (2) (Recordemos lo dicho en Mateo 24:41 Dos mujeres estarán moliendo en el molino; una será llevada y la otra será dejada. Lucas 17:36 Dos estarán en el campo; uno será tomado y el otro será dejado.). 14:17 Salió otro ángel del templo que está en el cielo (1), teniendo también una hoz aguda (2). 14:18 Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego (1), y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo (2): Mete tu hoz aguda, y vendimia (trugao) los racimos (botrus) de la tierra (1), porque sus uvas (staphule)  están maduras (akmazo) (2). 14:19 Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió (trugao) la viña de la tierra (1), y echó las uvas (staphule) en el gran lagar de la ira de Dios (2). 14:20 Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad (1), y del lagar salió sangre (aima) hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios (2).
Observamos que el término usado para segar la mies, es diferente al término usado para vendimiar los frutos; para madura en cuanto a mies, el término es diferente a maduras en cuanto a las uvas o frutos. El orden de Dios persiste en esta siega y vendimia (1 y 2): la mies y los frutos (1 y 2); la mies o primicias comparecerán ante el tribunal de Cristo para que sus obras sean juzgadas por él (1):  las uvas son pisadas en el lagar de la ira de Dios, fuera de la ciudad (Nueva Jerusalén), y del lagar salió sangre por mil seiscientos estadios (2): esta sangre es el costo que se pagó por los frutos de la iglesia; sangre de Jesucristo, sangre de sus mártires muertos por causa de su nombre; esta es la sangre que las almas que Juan vio que estaban debajo del altar, clamaban porque Dios la vengara, pero faltaba aún la de sus consiervos de la Gran Tribulación. Esta sangre según la Biblia, fue derramada por la gran ramera, la doctrina idolátrica que introdujo Satanás en el paraíso a través de nuestros primeros padres, y que después de la partida de los apóstoles, fuera introducida de nuevo a través de Concilios para que se diera el período de la apostasía; y de la que en Apocalipsis 18:24: Y en ella fue hallada la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra, y Jeremías 51:49 Ciertamente caerá Babilonia por los muertos de Israel, como también por Babilonia han caído los muertos de toda la tierra. También la Escritura dice en: Mateo 23:35 para que recaiga sobre vosotros la culpa de toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Berequías, a quien asesinasteis entre el templo y el altar. Apocalipsis 16:6 pues ellos derramaron sangre de santos y profetas y tú les has dado a beber sangre; lo merecen. Apocalipsis 17:6 Y vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los testigos de Jesús. Y al verla, me asombré grandemente.
Hermanos: Si Dios dice en su palabra que en el misterio del Padre (1) y del Hijo (2) están escondidos todos los tesoros de la sabiduría (1) y del conocimiento (2)  (Colosenses 2: 3) ¿Para que buscar a Dios en otra doctrina, lugar, o conceptos teológicos o filosóficos? En 2ª JUAN 9-11 dice: Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo (1 y 2). Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras.  Lo que fue oído desde el principio permanezca en vosotros; si lo que fue oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Padre y en el Hijo (2ª de Juan 2:24)
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