Mojado por tus pasos de alba
me haces feliz en la mañana inquieta:
No importa que vengas de saturnales
ni en qué boca se haya enredado tu pelo.
No me importa a quién amaste al relente
mientras yo soñaba con los cuervos.
Me importa que te hayas levantado
y retornado lentamente a mí.
Hay algo en este extraño amor
que prefiere compartirte a olvidarte.
Siento alivio al tocar tu melena
y cuando tu exhalación roza mi boca.
Y me siento feliz de desnudarte
y de sembrar en ti como en un eco fresco.
A la noche te pondrás tus sostenes
más mañana volverás en tus cremalleras.
Y en el día me alimento de tu tacto
y tu sabor me es más que el de un fruto codiciado.