Si no existieran élitros
yo los inventaría.
Para rodar en ellos con tu olor a cascada.
Para que nos revolcáramos en busca de capullos
y se rompieran todos al golpearlos tu risa.
Sería un mar cerrado donde ambos nadaríamos
y se abrirían las flores ante tantas delicias.
Y como un magnate te llenaría de besos
y hartaría tu boca, sin que me lo pidieses.
te daría mis secreciones rápidas
para que sólo en mí y en mis ojos meditaras...
Si no exitieran élitros sobraría con tus labios
pues el mundo se borra cuando atrapo tu boca.