Del libro "Por si las moscas..." - Atraco en Nápoles
Publicado en Jan 27, 2011
ATRACO EN NÁPOLES
No llegué como turista sino como viajero dispuesto a disfrutar de las bellezas portuarias bajo el sol de una tibia primavera; recorrer sus calles sin prevención ninguna; mirar su cielo, su mar, sus montañas adyacentes, sus terrazas y balcones florecidos; aspirar la brisa suave, sus aromas; devorar sus pizzas y degustar sus vinos; dormir con placidez, bien acunado entre los brazos cálidos de una tierna bambina complaciente; cosas todas merecidas y buscadas por poetas sin rumbo y solitarios. Así, vagando una tarde sin afanes, el azar me presentó dos feas caras al doblar cierta esquina traicionera: Un 38 intentó guardar en mis pulmones cinco lágrimas bien sólidas de plomo, en tanto, un cuchillo perfilaba su canino puntiagudo en mi garganta... -¡Llévense todo pero no me hieran- rugí, más espantado que arrogante, -pues, aunque soy colombiano, y por lo tanto, sospechoso de hacerles competencia, apenas llegué a Nápoles antier con el fin de escuchar sus barcarolas, arrebatarle diez paisajes al Vesubio y unos cuantos arreboles a la tarde.
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gisela
Verano Brisas
Amparo
lágrimas que de un 38 pendían, igual que tu súplica espantada.
Mal comienzo para un viaje que sin duda se presentaba y deseaba
placentero.
De las cosas que yo no desearia que me pasaran cuando viajo.
Un abrazo de invierno puro y duro
Amparo
norma aristeguy
Y si lo has pasado bien allá, bien valía un sustito de esos a los que ya estamos acostumbrados aquí.
Saludos poeta.
norma
Durazno sangrando
Filiberto Oliveros
. Los atracadores sabían que eras colombiano y pensaron (equivocadamente): "Ladrón que roba a ladrón
tiene cien años de perdón". Lo lamento y compenso mi lamento con el placer de leer tu poema: porque
contiene de lo que carecen muchos versolibristas; ritmo y armonía en cada verso; uso apropiado de
deliciosas figuras literarias. Es un orgullo tener un amigo, siempre aleccionador. Recibe un gran abrazo.
Filiberto.