Mi vestido de seda
Publicado en Feb 03, 2011
Está listo mi vestido de la seda más preciada.
No es importada de China, es obra de unos gusanos cuyo alimento son hojas y es ese su único pago. No dirán que los exploto. Es esa su condición. En esa, su profesión, es la exclusiva exigencia: Abundancia de hojas tiernas de los árboles de mora. Finalizado el capullo, se lo sumerge en vapor, se lava el hilo y devana para empezar la labor. Llegaron las tejedoras dispuestas a trabajar sobre el diseño que armé, en las ramas del nogal. Laboriosas tejedoras, expertas, sincronizadas, dispusieron el telar donde iban a hacer la trama. Hay que verlas en acción, responsables, concentradas. Cada cual en su función, ninguna descolocada. Nadie sacó un celular, ni contestó una llamada. No iban a tomar café, ni distraían, ni hablaban. Ni salieron a fumar. Solamente tra-ba-ja-ban. A ese ritmo, mi vestido, pronto quedó terminado. Lo sacudí, por las dudas, no fuera que alguna araña, pudiera quedar prendida, dormida en la fina trama. Frente al espejo, no pude dejar de maravillarme, al sentir sobre mi cuerpo la esplendidez que llevaba Las ufanas tejedoras, cansadas, querían marcharse. Les ofrecí unos bichitos, algo para recuperarse. En apretada columna, volvieron a sus lugares.
Página 1 / 1
|
Daniel Florentino Lpez
Hay un plan, y una labor
de la naturaleza que no todos
pueden ver
Felicitaciones
Un abrazo
Daniel
haydee
Gracias por acercarte y otro abrazo.
haydée