En el parque, a la misma hora... (Capitulo 6)
Publicado en Feb 06, 2011
Invitado
Sentada enfrente de él, intentando que cambie de parecer, le ruega una y otra vez que la acompañe a comprar, no dejándole almorzar tranquilo. Las negativas reiterativas le dejan en el suelo los planes a Dafne, aun así, no deja de insistir, quizás lo termine cansando. -Dafne, te estoy diciendo que no puedo. Tengo que hacer –Algo cansado responde Amaro -¿Qué tienes que hacer? Apuesto que puras tonteras -¡Un trabajo para la U con un compañero! –Explota Amaro, levantándose de la mesa para no continuar con la discusión. Una arrepentida Dafne sigue a su, a estas alturas, “amigo especial” y lo abraza por la espalda, pidiéndole que la perdone, pero que solo quiere pasar tiempo con él. -Yo también quiero pasar mucho tiempo contigo, esta ha sido la mejor semana de mi vida, pero tenemos compromisos que no se pueden postergar –Explica Amaro acariciando la cara de su nuevo amor -Lo sé, es que no sé, hace más una semana estaba sola en este mundo, sin una media naranja que me hacía tanta falta, y de la nada sales tú, no eras lo que me esperaba y me dejas el mundo revuelto. No ha pasado mucho, pero ya siento que me haces tanta falta, estar sin ti es como… es como vivir en un mundo sin aire –Revela Dafne el borde del llanto. Amaro al ver tanta sinceridad, no sabe que decir, por lo que cree que la mejor forma de demostrar que el siente muy parecido a ella, es besándola. El sonido de la puerta cerrándose asusta a la pareja, la que se separa inesperadamente. Javier al ver la escena, pasa cabeza gacha junto a ellos hacia la cocina. Dafne lo observa avanzar e intenta decir algo, lo que es interrumpido por Amaro, el que le toma la cara para volver a besar. La vibración del celular de Amaro en la pierna de Dafne, genera un ataque de risas en ella, Amaro algo avergonzado por la situación, rápidamente de excusa diciendo que no es lo que piensa, es su celular. Lo saca de su bolsillo y al ver quien le llama, se asoma por la ventana. Dafne aprovecha la circunstancia para ingresar a la cocina y conversar con su amigo. -¿Y? ¿Cómo va todo con Beatriz? -Bien, mejor de lo que pensaba de lo que podían ir las cosas, considerando que ella no le quiere poner nombre a la relación – Contesta Javier mientras camina hacia el comedor con un plato en la mano. Dafne, siguiéndolo, intenta continuar con el interrogatorio. -¿A si? ¿De qué me perdí? –Pregunta curiosa Dafne -De una que otra cosa –Contesta Javier entre risas –Se puede decir que la relación se ha consolidado y ¡de qué manera! Dafne imaginando lo que Javier intenta decir, sorprendida lo mira intentando articular palabra para responder a los dichos de su amigo. En el otro extremo de la habitación, Amaro abre la puerta de entrada para recibir a su compañero con el que realizaría el trabajo que le impide salir con Dafne. Ella, entre la impresión por confesado por Javier, se percata de lo que está ocurriendo y atentamente observa quien entrara, no quiere olvidar el rostro de ese personaje. Javier sin saber lo que está pasando, al igual que Dafne, pega su mirada en la entrada. -Pasa, que bueno que llegaste, ya se nos hacía tarde –Recibe a su compañero, Amaro, haciéndole un gesto para que ingrese. -Sí, lo mismo venia pensando, es que la micro venia demasiado llena –Conteste el joven ingresando temerosamente a la casa, quien al dirigir su mirada hacia el comedor, se queda pegado observando a los amigos, los que también lo miran intrigados. Sin darse cuenta de esto, Amaro le comenta un par de cosas sobre el trabajo a su compañero, el que claramente no escucha nada, tiene su atención puesta en otra cosa. Al darse cuenta de esto, Amaro intenta romper el hielo, se adelanta al joven, acercándose a sus compañeros de casa. -Chicos les presento un compañero, Emilio –Animadamente presenta Amaro Tanto Dafne como Javier, en un intento de simple cortesía, al unísono dan un parco saludo, el que Emilio responde demostrando cuan nervioso se encuentra. Sin darse cuenta de esto, Amaro invita a su cuarto a su compañero para comenzar con el trabajo. Javier, olvidando lo reciente vivido, se sienta para comer. Dafne, sin embargo, no aparta la mirada de la escalera, por la que acaban de subir Amaro y Emilio. Un repentino golpe en la puerta de su cuarto, lo hacen saltar de la cama, espantando el sueño provocado por el intenso calor primaveral, que lo hacían dormir la siesta. Tal cual se encuentra, corre hacia la puerta para ver quien lo llama con tanta insistencia. Al ver quien es lo necesita, comprende que debió ponerse pantalones. Dafne no ocultado en donde se fija su vista, tartamudea un par de palabras. Javier avergonzado toma un cojín para cubrirse y tratando de parecer lo más normal posible, pregunta que desea. -Me mando Amaro, si, Amaro –Responde Dafne subiendo la vista y encontrándose con un sonrojado Javier -¿Si? ¿Y para qué? –Pregunta Javier tratando de ocultar su vergüenza -El cine, quiere que vamos al cine a la noche los cuatro. Dice que invites a Beatriz. -Ok, estaba bueno que saliéramos los cuatro algún día. ¿Dónde nos juntamos y a qué hora? -Bueno la película es a las nueve y media, así que salgamos de acá todos juntos a las nueve estaría bien –Planea Dafne algo enfocada, esta vez, en su cometido. Javier al asentir con su cabeza, genera que Dafne de media vuelta y vuelva a su cuarto. Esta vez, lentamente camina hacia la cama y toma el celular para llamar a Beatriz y hacerle la invitación. Luego de un par de segundo de espera, una agitada Beatriz contesta la llamada, la que parece alegrarse con la invitación, diciendo que salir con los amigos del chico que le gusta es una gran instancia para pasar a ser parte de su grupo.
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