Todo lo construído se derrumba, 
como un muro de cartón. Los hierros
crujiendo, el dolor gritando, y tú... ahí,
sintiendo lo equivocado.
En cada rincón puedo sentir tu presencia.
Eres irreal, pero causas dolor igual, como si estuvieras
incrustado en mi garganta evitando mi respiración.
Solo te pido que dejes de seguirme, que no me atrapes.
Déjame respirar por última vez el aire muerto que hay en mi de una
vez por todas, y dejaré que termines mi vida si es lo que quieres, antes
que acabe con la tuya.