La Matraca (2)
Publicado en Feb 13, 2011
Volvió a los dos años. Habló con mis patrones que se negaban a dejarme ir. Los niños ya eran dos, habían sido criados por mi y los adoraba como a angelitos del Señor. Acordamos que tendría libres los fines de semana, siempre que Efraín, consiguiera un lugar decente para alojarme. Esto le llevó otro año durante el cual nos veíamos a través de las sólidas rejas de la mansión. Finalmente llegó el día tan esperado. Con los poquitos ahorros, ya que mi sueldo lo enviaban a mi madre, compré un vestido blanco, muy sencillo y una coronita de flores. La patrona me regaló un camisón muy fino de raso y otras prendas para la noche de boda. Mi luna de miel fue muy breve. Los niños me reclamaban y había otro en camino por lo que estaban muy sensibles. Efraín se conformó. Su trabajo en la construcción, le exigía gran esfuerzo y había muchas deudas pendientes. Los sábados a la tarde, cuando nos reuníamos, estábamos tan agotados que nos dormíamos al primer abrazo. Los domingos, temprano, me levantaba a lavar la ropa que se acumulaba en la semana, ordenaba y hacía comida para que tuviera unos días. Un domingo trajo un regalo, Una matraca. A mi sorpresa respondió:- Como sos tan corta de genio, hacela sonar cuando "tengas ganas" De paso, me despierto. Así lo hice. Un día, una vecina me preguntó si por casualidad, había escuchado, sólo los domingos, el insistente sonido de una matraca.Tuve que contenerme para no soltar la carcajada. Hoy enterré la matraca, el termómetro de nuestros encuentros, cerca de Efraín. Lo hice con cuidado no fuera a sonar. Solía decir que era el clarín que lo convocaba a la batalla y aún muerto, sería capaz de salirse de su tumba.... -Cree que eso podría suceder? me pregunta cuando llegamos a la puerta de mi casa. -Me parece difícil, contesto, pero es mejor no averiguarlo.
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Daniel Florentino Lpez
Pobre Efrain
Un abrazo
Daniel