Pulgarcita II
Publicado en Feb 14, 2011
por graciela malagrida
Observaba las plantas, los bichos, la naturaleza toda y luego meditaba masticando el agua, sorbiendo la noche oscura ruidosamente. Ella era minuciosa, respetuosa, callada pues la curiosidad por la curiosidad misma era cosa de gatos indiscretos con más de una vida para desperdiciar. Escapaba por la ventana todas las noches a recolectar estrellas huérfanas y les daba nombres de flores y pájaros para soltarlas radiantes, al crepúsculo. Sus secretos estaban ocultos en lugares evidentes transparentes, elocuentes como el rugido del mar y las tormentas o el leve susurro del viento en los eucaliptales. Ella era un espíritu libre, inasible en esencia, diminuta por eso era feliz en su caja de fósforos entre runas y sueños encendidos. Observaba las almas y al alba las atravesaba.
Página 1 / 1
|
Veronica Hernndez