Las letras vuelan
como mariposas, en mis manos:
Salen, aladas, de en medio de mi puño
y dejan su ensueño en la punta de mi pluma.
Son verdinegros sus colores transparentes.
Llenan la estancia y repueblan mis ojos.
Letras aladas que refulgen en la página
que seguirán volviendo aún cuando yo no viva.
Tienen un gentilicio genético y profundo
que las hermana con brumas y con pétalos.
Les presto mi mano para que sus palabras
se dilaten latiendo sobre un pergamino.
Letras, en las que a veces se ha asentado el alma
que teje y desteje sus mundos imposibles.