TRES BRUJAS; Y el viacrucis de un Goliardo (parte I).-
Publicado en Feb 21, 2011
Muy bien, esta no es otra de mis hazañas ya que no tengo -si no me
conozco ni un don- primero; la mocosa insolente no me explicó bien, aunque como siempre, en su estado de No Musa, estamos de acuerdo en que es imposible llevarle la contraria y menos con su estatus de posesión y celos, aunando mis dictámenes de llamarme gracias a ella el más fiel perro de los cielos, porque ella es la que vuela, y yo no soy un mandilón amigo poeta, entiéndase bien, ella no me obligó a decir nada que la desenmascare... digo, nada que sea falso -perdón nena, fue sin querer queriendo. La odisea de un borracho comienza simple; bebiendo, así que empecemos. Día Uno; El miércoles tres días antes del recital, estaba en una cantina de paso, lejos, por la sultana del norte un transportista que andaba por ahí, me invitó unos tragos, empezamos, y decíamos tonterías ignoraba todo, pero en mi mente pensaba en no meterme en problemas para poder llegar a tiempo, y sobre todo sano y salvo para el recital de poesía, pero todos sabemos como son los híbridos vagabundos. El problema empezó por el de la barra que se la pasaba piropeando y manoseando a las meseras, una de ellas al parecer era conocida del transportista que estaba conmigo, ahí empezó todo, el tipo de la barra parecía tener una cierta obsesión por las posaderas de la joven Marie, -¿y quien no?- con semejante mini falda que más bien parecía maxi cinturón a cualquiera le hubiera encantado una bofetada por tocar ciertamente el paraíso, ese tan acolchonado y palpitante, aunque tocar ese paraíso amigo poeta, no quiere decir exactamente el poder volar. Había otra, un poco menos voluptuosa, llamada Sofía, a quien también parecía molestarle el tipo de la barra, en una de esas perversas agarradas de pompi, de las que las manos del "tentáculo" se abre de palma extensa, como una estrella de mar eyaculando, era la mano del pervertido una mezcla bestial de diferentes combinaciones. Habiendo abierto la descomunal mano, o la sedienta tenaza, de repente se volvió el dedo medio, como la cola de un alacrán combatiente, y como quien enfila una mirada tenaz, este lanzó por los aires la humanidad de la joven y delicada Marie, casi podría verse como con la furia del tifón se desgarraban sus muslos de leche blanca como eran abatidos sin esperanza todos los bosques de su monte Venus, la garra casi llega a palparle la comida que aún permanece dormitando desde la tarde. Y solo un gemido quedo, uno de esos tan tiernos como el canto de una Sirena, o el tronar del cuerno de aquel unicornio que se dilata contra el cristal, así de fino, tú los conoces amigo poeta como todas las meseras suelen ser, la tímida Marie entona un himno de sumisión tan dulce que dice; -¡Tu puta, perra y cochina madre! ¿qué mierdas te traes bastardo maloliente? Y en eso, el viejo transportista se levanta y empieza una gresca adentro de la cantina, botellas, fichas, vasos y todo tipo de cosas salen volando, una silla pasa al lado mío, mientras un tipo patea la mesa donde brindábamos el viejo y yo, y salgo volando boca abajo a las piernas de una mujer escondida tras el mantel, era Sofía. La joven delgada se escondía como si la mesa redonda -y la ronda redonda- fuese su caparazón, trae la cara tapada, qué bello velo son sus manos largas y blancas cubriéndole el luto de sus bolcillos, que será una tumba vacía, sin la plata de un alma, o el valor de una propina. -¡No te pediré perdón por esto! solo puedo pensar en el arrepentimiento de no haber caído con la boca abierta, por cierto, linda falda, e interesante trusa, ¿cómo puedes caber ahí?-le dije después del incidente. Le ayudo a levantarse y me abro camino entre el intercambio de odios que vuelan y vuelan sin cesar, siento varias patadas y groserías, ella suelta mi brazo, como de un tirón, cuando volteo, era el mismo idiota de la barra con la mano mutante, exigiendo que deje a su chica. -¿Qué no estabas con Marie?-le pregunto algo desentendido, y veo al viejo con el que brindaba peleando con otro, ¡mierda!, por eso es mejor no hacerle caso a las putas, o a todas las mujeres. Desenvaina una navaja, un pica hielo para ser más exactos, y todo me da mala espina, de pronto un golpe más alguien grita que ha hablado a la policía, los tipos de la estación de gas corren al auxilio del encargado del bar todo se vuelve un laberinto de enemigos sin salidas, y de amigos sin entradas, acuden los de la gasolinera surtiendo por todos lados, me le escapo al de la mano mutante. Corría con algo de mesura para evitar algún señalamiento o culpabilidad, al alejarme aún se escuchan los golpes y los tumultos. Pasa una camioneta, levanto el pulgar y se detiene, a pesar de la hora se detiene, volteo al cielo, con los ojos entre vidriosos y digo; -¡Gracias Superman! ----------------------------------------------------------------------------------------- Día Dos; Jueves en la madrugada, subí a la camioneta, y siento nostalgia por cada vez que estoy envuelto en una riña que no es la mía contra la vida, contra la muerte, o contra lo que sea. La misma riña que parece no ser tan injusta como la que se tiene con la pluma que pierde su tinta, en mi mochila, reviso y hago algunas anotaciones en el cuaderno de viaje, algún poema; "entre los briagos y bragas, golpes y golfas, cítricos e híbridos, orinales y recitales, meseras bellas y brujas que vuelan, pistear o poetizar..." El viejo tenía pensado darme un aventón hasta el Df, pero si tuvo suerte solo le dejaron inconsciente y si no, está preso, la camioneta está abierta, no tiene capote y en la madrugada hace un frío tormentoso, no lo aguanto y me empieza la resaca -afortunadamente nunca salgo sin un trago para estos días de escarcha. Al despertar, bueno, a pesar de que no podía dormir, pude hacerlo después de que desmayara de tanto frío, estaba en un restaurante bar, y una pareja me esperaba, habían sido los del aventón. -Vamos a Celaya, llegaremos en la tarde noche, ¿a dónde vas tú?-dijo el señor -Bien me puedo quedar ahí, no sé a donde voy, vengo del morir, no de nacer, de haber nacido me habría muerto. Me invitaron a desayunar y luego partimos, pero esta vez me dejaron ir en la cabina de la camioneta y hablamos de tanto, les leía algunas cosas de mis últimos cuadernos de viaje, ellos me contaban que abrirían una tienda de abarrotes y cosas así, planeaban tener un hijo, o dos. -¿Tú no tienes esposa o novia?-me preguntó la mujer. -¿Novia, dícese del bulto al que uno le sirve como adorno? ¿Esposa, dícese del bulto al que uno le sirve como verdugo?-le contesté y echaron a reír-yo no tengo nada, ni a nadie, estoy buscando mis alas solamente, solo estoy esperando volar pronto -la pareja amable solo me sonrió. Al llegar a Celaya, me dejaron cerca de la caseta a Querétaro, me despedí y les di las gracias, y pronto llegué a casa de Mamá y de Papá, pero no estaban. Al llegar quise engrandecer mis expectativas monetarias yendo a apostar a alguna cantina de mala muerte, era entrada la noche, un buen tiempo. Tenía mis últimos cinco grandes que había ganado en el último concurso de poesía y que había perdido en la travesía de esa fuga de hace meses y que duró más de medio año, todo por ir en busca de unos inexistentes geranios, o de una superlativa muerte. No gané nada, ni perdí mucho, solo bebí demasiado, regresé a casa y dormí. -----------------------------------------------------------------------------------------
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Hoz Leudnadez
cómo quisiera andar de hipster con vos
sería antiputapoesía
dos Goliardos
un poetiso obeso
y un reptil enfermo
desde misiones
y sobre el mictlan
con zafias posiciones
y literatas antipoluciones
ñatos
y flatos
algún día hermano... a levantar el pulgar
se te quiere REX sos el puto amo
Hoz Leudnadez
sin intriga... no hubiese existido la poesía
o la Monstruosa Verga de Jesucristo
no, no soy un mujeriego
un corazón tan grande no se llena con tan poquita cosa
Hoz Leudnadez
o como la camisa del equipo favorito
o el olor de la pluma de un fénix
es una cicatriz imborrable hermano....
Hoz Leudnadez
Hoz Leudnadez
ja!
inocencio rex
Fiore Montefuoire
si ya tenías el plan, para qué vas a buscar la muerte?
ay! Hoz, eso es lo que te hace atractivo pero,
tambien lo que te hace tan distante, buen humor
me sorprende mucho la forma en la que narras cualquier cosa
una de esas cosas cualquieras, que, a todos les pasa
pero, quizá solo tú puedas hacerlas literatura...
pd;
eres un mujeriego y patán... ya lo sabes, pero para que no se te olvide.
me gustó mucho, vamos por el segundo
Johel Delacroix
aNTTha LyThra
adios a mi aburrimiento...seguire leyendo cariño
Johel Delacroix
De puta madre Hoz, como siempre, el relato; divertido y poético.
A la chingada, siguiente parte.