TRES BRUJAS; Y el viacrucis de un Goliardo (parte II).-
Publicado en Feb 22, 2011
Día Tres;
Me levanté tarde, me bañé tarde, y me acorde tarde que tendría que partir al Distrito, así que todo fue rápido, vestirme, ¿qué me pondría? lo dudé y lo pensé como si fuese tú; mi querida Helena, igual yo no lo sé del todo, pero me imagino que un Híbrido y un Espectro algún día se entienden. -¿Qué me pondré? Como si tuviera un gran guarda ropa, si siempre compro varios pares de pantalones y camisas o sacos, uno que otro jean es de las amantes que salen despavoridas al otro día, pero esos no son poéticos, digo yo ¿para qué andar con esos lastimeros anhelos de volar hacía la capital de la que tiene el don? además de que con todo el peso de lo que tiene que ver el llevar conmigo las palabras, y los poemas, y los suspiros y tonterías que se encarnaron en estos pantalones, reflejos de mi pasado, pues, es mucho peso, y en contra, así no se puede volar. Guardé los poemas, enterré los dolores en el armario, y defequé las angustias en el retrete, al llegar a la terminal, una mujer oficial me revisa, qué impiedad existen en sus manos que palpan y amedrentan sin rezar un rosario por los hijos que posiblemente dormitan entre mis pantalones, golpe bajo diría yo, si así son sus manos, ¿cómo será su corazón de frío? -¿Qué llevas en la mochila?-pregunta. -Poesía-respondo. -¡Abajo entonces!-dice. Y sin que le de explicación me indica que la meta en el porta equipaje de la parte inferior del autobús, solo rescato mi cámara, mi video juego portátil, el último cuaderno de viaje para seguir delirando, el Inventario de Benedetti, y pienso ¿qué hubiese pasado amigo poeta, si les hubiese dicho que llevaba letras malditas? Si en vez del maestro Mario, dijera; ¿Rimbaud, REX, Lobo lejano, Ángeles, Johel, Espectra o Léudnadez? Viaje largo escuchando a; ill trillo del diávolo y sus 24 caprichos, escribiendo tonterías y mirando los pueblos a orillas de la autopista; "pueblos sin epicentros, pueblos llenos de senderos lejanos que solo te llevan a recuerdos cercanos, de montañas azules que nadie mira con curiosidad porque para ellos siempre han estado ahí, sin hacer nada más que colorear el horizonte, pueblos sin capitales, sin estación de policía, y sin inmensos centros comerciales, pueblos con las mismas piedras y las mismas cosechas, gente de pueblos que se saben quien viaja en todos los autos, pueblos que nunca escapan del rugir, pueblos que se hartan de viajar entre la mirada de los viajantes que se preguntan; ¿Quiénes son? Me introduzco al baño, qué repulsivo orinar se ntado por el movimiento tan brusco, en una taza que fue sacada de una de las mansiones de Barbie, o inspirada en el culito del muñequito de porcelana del niño Jesús, en un espacio tan pequeño y triste, es una meada de mono blog departamental para solitarios. Al llegar a Tepozotlán, suspiro un momento de paz con la adolescente que cruza con su falda a las alturas del puente peatonal, es tan alto, y sus piernas blancas -quizá vírgenes- se ven como astas duras, y la tela que se ondula, se mece, estando con ella allá en lo alto; ¿volará? ¿tendrá más fácil acceso al don por el escenario? -suspiro- deja de mentirte reptil, eso no existe o ¿tú crees que sí amigo poeta? está difícil. Llego a la terminal del norte, hay una tienda que vende cerveza, pero antes, entro al sanitario de la sala 4, y me meto en el último wáter donde hacía casi un año le escribí un verso, que quizá nunca leerá amigo poeta pero, dice más o menos así; "Afiladas estelas de mis necesidades etéreas..." ¿una frase? amigo poeta, para qué quieres más, ahí lo decía todo, bueno... eso creo,luego lo a completé con; "Bésame, que estoy dejando que te acerques... como quieras, como puedas..." oh sorpresa, ahí está aún, intacto, ingrávido de melosidad y mediocre lectura justo al lado del mensaje; "18cm de largo busco putitas del estado" y abajo del epitafio "puto el de la librería" Ahí todavía está, y lo completo escribiendo; "brusca ventisca del profano infarto... el tifón fiero de una puta y un borracho" Una frase, vamos amigo poeta, estas son de las que se trazan en la servilleta, y nunca fallan. Me entretengo con el Carmina Burana, hay un track tan inmortal; Vuestra presencia es vital en esta copa rota, por eso me inclináis al saludaros a los demonios que os marean el papiro y precipitáis la embriaguéis... Bebo a escondidas de los policías, tras las aguas, y andando en el agua, miles de personas, un mar de gente, el delfín maricón de la librería, la trucha cola verde del señor pervertido, las mojarras cansadas de los jornaleros de pueblos aledaños, el montón de anchoas que son las niñas que pasan y pasan, y todas traen el mismo peinado -todas son iguales, nos hacen el trabajo fácil definir y saber que no vuelan- y por allá, los tiburones con sus trajes azules y sus cachas de escuadra, seguro y sus pistolas son de plástico y si son de verdad nada más tienen dos oportunidades, o séase; una con la ayuda de la virgencita, y si fallan, el de tin marín de do pingüe, pero así es el folclore de los policías de mi país, los tiburones... y no pasa ninguna colita de sirena, nada, me siento solo, una insignificante piedrita de algún riachuelo de provincia, solo, y ella todavía no llega. Pasa la primera hora, me pongo en la entrada, con todos mis ojos, con todos mis pechos, con todos mis poros y almas al descubierto, porque sé que ella tiene la magia para volverle el sueño realidad a la bala y convertirla en flecha, con fe espero y no tarde, soy una fácil, pero no una paciente presa. Me siento en la entrada, se acerca una mujer, deja caer su cuerpo grande, con el aletear de sus ubres le da la vuelta de página a mi libreta, cómo estarían de grandes amigo poeta que, incluso el pecho dio la vuelta en 360 y paso por sus labios el pezón húmedo para ser más fácil el voltear de hoja... carajo, ¡qué habilidad! debemos de reconocérselo. -¿No te molesta que los tipos sean unos imbéciles amiga?-me pregunta pensando en que soy chica, traía el cabello suelto. -¡Chi, que chi!-le respondo. -Disculpa, pensé que... tú, lo siento -No te preocupes, no me molesta. Hablamos de cosas, Mirna se llamaba, estaba harta de la ciudad más grande del mundo y se iría justo a mi estado; Querétaro, aunque allá es muy poquita cosa para semejante escote, me invitó otra cerveza, luego se fue. Otra hora más, y regresé a la sala de espera, ahora un tipo me cuenta tonterías, y lo escucho, invita otra cerveza, la tomamos y nos quedamos hablando, me decía y decía del fútbol, yo solo veía mover su boca, nada importante, se marcha va a por él su novia. Después la siguiente hora me la pasé hablando con una señora que se cagaba por el tipo que movía a los peatones, fungía como un semáforo "avance gente avance" y a medio camino de la salida del metro y la carretera, todavía no pasaban todos y luego luego decía; "alto gente, adelante camioneta, adelante taxi" pobre de la doña gorda con todas sus chivas, casi se la llevan de corbata y de paseo. Así estuvo por más de media hora, tan repetitivo, muy Neruda diría yo. Compartimos unos cuantos cigarrillos la señora y yo, y me quedé en la entrada, había otra mujer al lado, me miró durante más de veinte minutos sostener mi pluma a la altura de mis ojos, y luego tomaba el tiempo y la dejaba caer -Todavía no está cerca-susurraba. La alcancé a mirar de reojo como preguntándose que carajos hacía. -¿También te han abandonado?-preguntó -Al parecer desde el nacimiento-respondí -¿De donde vienes? -De la nada. -No, me refiero de dónde eres -Soy Queretuano... digo, Queretano, de Querétaro. -¡Jaja! conozco gente de allá, ¿y qué te trae por acá tan lejos? -Vengo a buscar a un poema. -¿Poema? ¿Eres escritor? -Escritor suena muy formal, soy un no poeta, suena mejor para mí, pero me dedico más a morir soy un vagabundo, un fantasma de alas libres.-como diría una diosa que me regala azúcar. -Ciertamente sí tienes cara de escritor-es la segunda vez que escucho eso, y pienso lo mismo que la otra vez amigo poeta; ¡mierda! ¿no me habré desmaquillado bien ayer que tenía la cara de puta que ahora todo el maquillaje corrido hace ver como si fuesen letras cursivas que por eso cree que tengo cara de escritor? -Te ves muy agonizante, yo estoy aquí desde las diez de la mañana-me dijo. -¿Diez?-para ese entonces eran casi las cinco- vaya, linda creo que yo agonizo pero tú tienes un pie en la tumba, ¿vives lejos?-le pregunté. -No, vivo aquí cerca, pero no llegan, ¿dime ese poema tuyo tarda siempre? -Mira, las mujeres siempre llegan tarde a todo, a las citas, a las farmacias un sábado de juerga, a las tortillas siempre llegan temprano, pero tardarán en hacer la comida y al final terminan pidiendo pizza, eso no me importa, pero, hay una tardanza que si nos duele a los que tenemos cara de escritores... es esa de que las mujeres siempre llegan tarde al corazón, casi siempre llegan cuando se van, y con eso de que a ustedes no se les da eso de darse la vuelta sin mirar atrás... -¡Ja! suena lindo como tú lo dices, es interesante, ¿para ti que es una persona interesante? -Curiosidad quizá -No te sientes solo estando solo, dices que viajas, pero me imagino que si se siente algo de soledad. -He aprendido a juntarla con la angustia y con el suicidio y se hacen buenas fiestas. -¿Te puedo preguntar algo? -Seguro. -¿Por qué estabas haciendo eso de la pluma, qué significa? -Fácil, tengo un problema, con la gravedad... no puedo volar con nadie, no se puede hacender y te ataca la otra gravedad, la horizontal, esa que te hace envejecer. La mujer me dijo que podría ir con ella para no pasar frío, sus ojos eran verdes, y tenían algo, un dolor la verdad no pensé en ningún momento -te lo juro bruja y tú sabes la mentira amigo poeta- en algo sucio, al contrario, me gustó la plática con ella, era muy amena y en cierto punto, muy confidencial. Después ella tomó su reloj y me invitó a volver a hacer el experimento de la pluma, contó hasta completar un nuevo minuto y la arrojé, varias veces, pero en la última la pluma tardó mucho, quizá milésimas, o diez milésimas, o cien milésimas, pero, en este parpadeo, ¿cuanta gente ama amigo poeta, cuanta gente muere, cuantos poemas se crean sin que nosotros sepamos que los momentos entre estos pequeños lapsos... lleguen a ser tan eternos? -Mira, tardó ¿cómo le hiciste? -Nada, ya viene. Después me dijo que estaba esperando a sus familiares, le traerían algunas cosas, en eso, ¡fium! el Ángel de la muerte; La Que Vuela, y Helena El Espectro hacen una entrada monumental, precipitada, descomunal, y muy retardadas también, corrí hacia ellas, como si no hubiese pasado ni un día, y me recibieron como si no hubiesen pasado mil vidas. Me empezaba a despedir de la mujer de ojos verdes que me vio con cara de escritor y no de puta, y dijo que seguiría esperando, que esperaba unas cremas, su madre tenía una enfermedad en la piel... "No me imagino una enfermedad más horrible en la piel, más que no tener besos"-le dije. Pero ella me dijo que su madre padecía de cáncer. Tenía un poema listo en mi bolcillo, fue rápido, me despedí, soy Hoz, soy Yolanda... y dijo quedo gracias poeta, nadie lo supo... le dejé el poema; "la esperanza dispone de tantos terrenos baldíos... solo basta tener la ternura necesaria para tramar de colores, y volver al panteón festivo". Después de la mano de las brujas... anduvimos hacia la entrada de una noche... de mis mejores noches. -----------------------------------------------------------------------------------------
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Johel Delacroix
Hoz Leudnadez
yo también me remitiré el remitente....
Hoz Leudnadez
hijo de p....oeta!!!!!
gracias hermano!!
Fiore Montefuoire
sin comentarios al pesado dato de las amantes -eres un hidepu-
te pediria de regreso mis abrigos... pero...
me parece interesante las cuestiones, y los medios poemas
el escrito es muy rico y variado amigo
se ve que lo estuviste planeando, aunque, sé que lo hiciste de una sentada.
nadie vuela mi Hozzy, ni porque estén en un puente,
muy buenas memorias que espero algun día recuerdes con alegría
un beso!
al que sigue niñito coqueto
Johel Delacroix
Eres un grandisímo hijo de... la puta Poesía.