Intimidad
Publicado en Feb 23, 2011
La voz de aquel amor, rebotaba en su memoria ¡Nunca te arriesgas, así no conseguirás nada y te quedarás sola! Fue lo último que dijo, antes de salir del departamento dando un portazo. Sentada en la penumbra del baño, trataba de evacuar esa sensación de desagrado que le quemaba en el estómago. Quizás tenga razón – pensó. Estaba acostumbrada a escuchar sus tripas y esta vez no había sido la excepción. Por más que sobaba su vientre no lograba espantar esa alucinación ingrata que se retorcía en sus entrañas, con un tono candente que no toleraba. Fijó la mirada en sus calzones a la altura de las rodillas y rememoró que fueron los mismos que llevaba puesto la primera vez que intimaron. Fue tan natural, tan mágico aquel encuentro que llegó a pensar que esta vez sería diferente. Aquella vez, se quedó con los ojos cerrados y quiso no despertar, después de años sin nadie en su vida, por fin llegaba alguien para llenar ese vacío. Acostumbrada a la soledad, a sus cosas, a su tiempo, a sus libros, su café, su gato, su música, llegó a creer que el amor era cosa de la televisión, y cuando entendió que él asomaba para quedarse, vino ese temor acostumbrado que se acomodaba un poco más abajo del diafragma, como una víbora que se retorcía bajo su piel, dejando aflorar un hedor que carcomía sus esencias más intimas. Observó el baño y todo lo que alcanzaba su mirada le pertenecía. La llegada de un compañero significaba dividir ese espacio; su mundo, y no lograba conciliar el sentirse invadida. ¿Estaba realmente dispuesta a compartir su mundo? aquel que tanto le había costado construir. La reminiscencia del instante en que arrendó el departamento se reflejo nítida en el espejo; traía consigo sólo un saco de dormir, durmió en el living porque estaba más iluminado y le daba menos miedo. Lánguidamente se incorporó y un hormigueo le subió por sus piernas al tiempo que palpaba su helado trasero, debido al largo tiempo que había permanecido sentada. Arrastró sus pantuflas hasta dejarse caer en el sofá, donde minutos antes habían tenido un momento de pasión desenfrenada. Miró el celular pensando en llamarle y pedirle perdón, decirle que era una tonta y que tenía razón que debían intentarlo…después de todo, con él ya había compartido su cama, su baño, su cocina. Se quedó meditando dubitativa y se preguntó en que se reflejaba su presencia. La decoración era la misma de siempre, la que ella había elegido; nada de él se manifestaba en su casa, todo quedaba limitado a las huellas que abandonaba en su cuerpo. Le encantaba como le besaba sus pechos, la forma en que le acariciaba sus piernas, sus besos ardientes, el sabor del café preparado al amanecer, el pan tostado, el modo de entrecruzar sus extremidades a la hora de la siesta, o el quedarse dormida entre sus brazos viendo una película. Su gato llegó a acompañarle pasando su cola por sus pantorrillas. Lo tomó y lo dejó sobre su vientre ¿estamos bien solos, oh no? – le preguntó sin dejar de mimarlo. El gato le miró de frente y le cerró los ojos, como contestando de ese modo afirmativamente. Sonrió, yo también lo creo - dijo en voz alta, mientras lo levantaba en vilo y se dirigía más repuesta a la cocina para comer algo, el ardor en su abdomen había desaparecido y ahora una sensación de fatiga le invadía. Se detuvo en el umbral de su dormitorio, todo era desorden; se perdió el equilibrio del Feng Shui - se dijo - mañana voy a corregirlo. Más tarde, la luna se coló entre las cortinas de su dormitorio y la encontró con la televisión prendida, dormía abrazada a su gato y en su rostro dibujaba una sonrisa envolvente.
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Esteban Valenzuela Harrington
Gracias por tu comentario, me alegro que haya sido de tu gusto.
Un abrazo,
Esteban
Esteban Valenzuela Harrington
Amar no es poseer, amar es dejar ser y lamentablemente en las relaciones se cae en querer que el otro te pertenezca es ahí, donde o dejas que las alas se te atrofien o emprendes el vuelo, aunque sea en soledad. Gracias por tu comentario.
Fairy
creo yo ojo, es lo que se pierde dentro del matrimonio y ahí ya empiezan los problemas, según yo,
ojala se respetaran los espacios, bueno no es el problema principal pero uno muy importante.
Felicitaciones Esteban
Saludos
Sachy
Daniel Florentino Lpez
Bien logrado el clima de decisiòn
y un final abierto
Un abrazo
Daniel