La mujer que baila en sus redondeces.
El hombre que grita y su tos espanta.
Mujeres que andan con seca garganta.
Minutos de tarde que la hora agiganta.
Te palpo, me palpas: Estamos de acuerdo.
Te froto y me froto en un linimento.
Los besos que suben sobre los borregos.
El gemido hondo que espanta a los cuervos.
Tu cuerpo y mi cuerpo: Ambos satisfechos
que aroman de amores los lomos del lecho.
Lometas que miran y, de paso, admiran
en la hora tórrida tu piel de cerezo.
Tu lengua en mi lengua rompiendo distancias
molécula y átomo que en nada se espacian.