EN LA LEGIN EXTRANJERA
Publicado en Mar 08, 2011
EN LA LEGIÓN EXTRANJERA
Después de que me convenci de que no existe indicio alguno de que siquiera me des una esperanza, o me recuerdes, o de que tal vez mi voz resuene en tus oidos, me enrolé en la legion extranjera para caminar por mis últimos y calurosos días sobre las abrazantes lomas doradas de ese mar immensurable que se extiende más allá del horizonte. O para dormir en las gélidas noches a la luz de tus miradas. O para escuchar el rumor de tu voz confundido con el lejano eco de las caravanas de sueños que se van esfumando entre las sombras. Y ahora sólo me queda la voluntad de caminar con un hilo de esperanza, como antes, cuando la soledad campeaba sin descanso, cuando pensaba en la daga que pararía de un golpe el tropel de mis pasos, que han intentado llegar al oasis do floreces, mientras me avalanzo a tu frescor, agua dulce, y a mi muerte. SAN JERÓNIMO LÍDICE, MARZO 6 DE 2011.
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Alexandra