La vida tiene su vaivenes, a veces nos sonríe a veces nos castiga pero siempre tratamos de sobreponernos, tenemos un sentido de sobrevivencia que aún en las condiciones más adversas intentamos levantarnos, sin embargo, hay quienes se dejan caer de plano, ya no luchan y se dejan arrastrar por la inercia de sus circunstancias, para estas personas la vida carece de sentido, pierden el sentido de los más elementales valores humanos, su autoestima se diluye, su vestimenta se desgarra y se engruesa de mugre, sus cabellos se apelmazan, su olor es pestilente, su única actividad es buscar que comer y beber, fuera de eso nada tiene valor, se sumen en una somnolencia que les impide reaccionar, solo deambulan por calles sin rumbo fijo, duermen donde mejor les acomode y muchas veces terminan sus días víctimas de enfermedades inatendidas, propiciadas por sus mismas condiciones, o mueren por las inclemencias del tiempo.
El indigente es una afrenta para la condición humana, el mirar a un indigente en las peores condiciones lo único que produce en sus observantes en la mayor de las veces es repudio y asco, en las menos, compasión, pero en un sentido real de valoración humana, nos debería dar indignación, no por el indigente, sino por nosotros mismos, por la insensibilidad humana en que hemos caído, nuestra capacidad de organización política es un fracaso, el Estado como ente público que debe velar por la seguridad de todos sus gobernados, está integrado en su gran mayoría por rufianes que diseñan políticas y leyes hechas solo para salvaguardar sus propios intereses, acaparan la riqueza nacional que es producto del esfuerzo de todos, y la reparten entre la mafia política y al pueblo solo le entregan migajas, lo idiotizan con la televisión y los convencen de que están muy bien, y que ellos son los salvadores del mundo, y debido a la suma ignorancia del grueso de la población, producto de la incultura y falta de oportunidad educativa, el ciudadano común se la creé, y vive cierto de que así es la vida, situación que no nos hace muy distintos a los indigentes.