stasis que seduce mis entraas
Publicado en Mar 14, 2011
Salgo distraída a un mundo que me absorbe, siento calor aún cuando llueve. Verme perdida entre tanta gente que aparenta saber donde está, me hace perderme aún más. Recorro rápidamente un sendero con personas que se mueven hacia un punto, sea de partida o de llegada. Apurado es mi andar, sobre cuatro ruedas que parecen desgastar el asfalto de una avenida que desconozco. De pronto, entre tanta rapidez, visualizo una lente y brillante aparición, inevitable como cierta, es mi intención de detener la rapidez. Observo y sin dejar de andar, caigo en un profundo abismo. Es igual a mí, de un género, que subestimado por años, es el mejor. Por qué ha de aparecer una luz en mis sombras?, por qué persigo esa luz si yo nunca he visto tal pasión? Paso a saludar y nuestras miradas se entrelazan queriéndose devorar nuestro ser. Susurro mis deseos, esperando los pueda oír. Sorprendente pero acertada propuesta, vamos hacia un punto, tal vez de llegada o de partida. Es solo un cuadrado pintado de blanco y en el medio, un ovalo que espera posar nuestro placer. Casi sin poder hablar, nos dejamos llevar por un sin fin de caricias, de deseos desbordados, de manos que no conocía sobre mí, pero que son tibias y suaves como las mías. Mi mente ha dejado de funcionar, mi cuerpo asume el control y responde a cada estimulo provocado. Siento que soy un líquido rebosante de un vaso que se deja tomar, aún cuando deja de existir, pues existir es lo de menos, ya que si existir era lo que había antes de éste momento, pues no valdría la pena existir. Mi piel se siente bendecida, es un éxtasis total que seduce mis extrañas y no deja de llorar...campos abiertos minados de verdad...todo es blanco y fucsia...creo que he dejado de respirar. Cinco segundos y he vuelto. Creo saber donde estoy, más no se que ha ocurrido. Creo que jamás había sentido, creo que jamás volveré a hacer igual. Detener mi mundo por unos segundos y disfrutar el momento luego me hará retornar. Vuelvo a mis cuatro ruedas, nuevamente rodeada de seres autómatas que ríen, cantan, lloran y bailan sin saber por que, sólo están, solo respiran porque todos los demás lo hacen. Comienzo a rodar, comienzo a pensar, aumento mi velocidad y solo creo sudar, sudar ardor, sudar miedo, sudar pasión y volverme humana. Delante de mí, observo un vacío, aceleran mis pulsaciones y dejo correr mi vida, quedando así, marcas en el asfalto. Me elevo e intespestuosamente comienza a tropezar mi cuerpo contra muros, rocas y árboles. Una tibia sonrisa sale de mí, y es que pensaba irme vacía y ahora me voy con algo.
Página 1 / 1
|
Francys Ramos Esparragoza