Genoma
Publicado en Mar 18, 2011
Volvió el verano como un íntimo infierno gélido cuando ella se subió al remís; así, sólo reinarían su fantasma y el inenarrable dolor de verla irse tan altanera, meneando ese culo enfundado en pollera de secretarias ejecutivas.
En aquel mediodía de sol negro en eclipse, el sofoco de mis celos atorados en la laringe estranguló el fuelle de la maltrecha máquina de suspirar. Así, Isabel dejaría de ser una persona y se volvería una fuerza que decretara arrancar las mejores páginas de la Historia. Y las feromonas lo perfumarían todo por siempre, electrificando esta eternidad en la que aún la huelo en su almohada, envuelto en los mismos temblores de ese siniestro amor que resultaba una utopía inversa a la que, en realidad, esperaba quitar definitivamente de mi cosmovisión. Porque esa fusión nuclear no sería más que un propio Chernobyl. Y en todas mis sucesivas reencarnaciones las radiaciones del desastre quitarían el entero grupo de equis y dejarían a esta sola ye con la herencia fúnebre del vals de madrugadas en las que se reedita el alarido primario del nacimiento, pero sin el consuelo de su abrazo maternal. Así el mutante repudiaría, por la entera eternidad, a los sucesivos nuevos mundos en subsuelos, a la condena a eras glaciales de maratones de zapping en las que, cada tanto, enviaría mensajes de texto con fragmentos de nuestras canciones, con versos sueltos seguidos de insultos seguidos por arrepentidas solicitudes de perdón a esa hembra mitocondrial tan extirpada como esta costilla-puñal al Adán cromosómico. Y sólo obtendría una misma respuesta, la que ofrecía un dios mudo al que los ojos cuencos, tan abiertos, fijos y sangrantes, buscaban allí, en el punto final, en ese cielorraso overo de humedad adonde quedó clavada la única historia de la humanidad.
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inocencio rex
luisa luque
pero se que me encantó tu texto
un beso y estrellas :)
Laura Alejandra Garca Tavera
Hoz Leudnadez
inocencio rex
Alma Andrea
cada fragmento tiene especial encanto y no preciso
cuál imagen elegir, todo es tan bueno... pero me quedo
por ahora con esa fuerza que construyes, de su partida
queda una cascada de sensaciones para mirar, como esa
peculiar eternidad... Espléndido, como siempre. Saludos!