ATADO DE TILMAS
Publicado en Mar 21, 2011
ATADO DE TILMAS
Hace ya muchos años, sin que pueda recordar ahora cuantos, una mañaninita azúl, en que los últimos luceros nos miraban Venus entre ellos, y el sol empezaba a teñir con luces doradas tu silueta, atamos suavemente, dulcemente, nuestras tilmas, sin testigos, sin condiciones, sin preocupaciones y desde ese día has sido mi compañera, mi sombra, mi reflejo dual. Y tu alegría y tus cuidados me han conservado hasta ahora mientras peleo las guerras malhadadas de la cotidianeidad. Esa guerra hosca, impía en la que aparecen las hijas de los tlatoanis de otras tierras que sonríen mientras que alguien se embosca tras las sonrisas. Pero tu, con una entereza serena, firme, digna de Citlalmina, has logrado mantener libre el ombligo de la luna, el reducto vital de los ensueños. Por eso, no quiero deshacer el atado que nos une. No quiero hacerlo. Sería como rompernos la vida mi dulce amada, mi reflejo dual, mi compañera mi Cihuacóatl mi mujer adornada, no con joyas sino con virtudes que refulgen por eso estoy aquí, mirándote, esperando que restañes mis heridas. SAN JERÓNIMO LÍDICE, MARZO 15 DE 2011.
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