Cuando el veneno
Publicado en Mar 21, 2011
Cuando el veneno pasa al alma
y nos deja totalmente mudos y desorientados la paz muere desde adentro junto con sus raíces e invaden unas resacas más fuertes que las del jeréz. Una bruma del fondo nos nace y nos estigmatiza y puede trepar a la boca algún sabor a venganza. Es ahí cuando desconocemos que el mar es mar y que los helechos nos miman y nos aman las praderas. El veneno en el alma suele matarlo todo y hacer que nuestra vista se nos torne viscosa. Se suelta como río de múltiples gargantas y hace que escupamos odios en las arenas. No vemos lugar franco donde posar el paso y cada constelación parece que se mofara. El odre del corazón supura allí maledicencias pero puede quebrarse en su piel envejecida. Parece entonces que los esqueletos de la naturaleza nos agraviaran y que de todas partes nos lanzaran cuchillos y masas de pedernales. Puede que nos recorra ahí la tinta de los más feroces moluscos y quebremos los huesos del que llamábamos prójimo y vemos como enemigo. Y deseemos apartarlo con la más mortífera arma que se le ha dado al hombre de gritos agresivos: Esta lengua que no tiene cabida en los cuerpos y que está entre nosotros incendiándolo todo.
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Richard Albacete
Juana de Arco :)
Un abrazo grande amigo
Rita