El gato azul de Martn
Publicado en Apr 01, 2011
(Trilogía: 1ª parte)
En casa a nadie le gustaban los gatos, por lo que la única forma que encontré de tener uno a mis escasos 11 años, fue inventármelo. No recuerdo con exactitud si me inspiré en una canción de Roberto Carlos que escuchaba mi madre, “el gato que está, triste y azul…“ que mi amigo imaginario lo bauticé como mi gato azul. Para entonces, a la hora de once solía dejar un poco de leche en mi tazón para que se la dieran a él. Era tanto lo que transmitía del famoso gato azul, que todos se fueron acostumbrando a su existencia, incluso mis tíos me traían regalitos para él. Ese año para mi cumpleaños hasta me regalaron un felino azul de peluche. Comía con él, dormía con él, veía tele con él. No había lugar donde fuera, que no lo llevara conmigo. Cierta vez con mi padre, lo llevé al circo, para que conociera sus parientes. Me dio la idea que se anduvo asustando con los rugidos del león y los tigres, yo le decía que si se comía toda la comida algún día sería tan grande como ellos. Una tarde al volver del colegio, encontré que papá me había comprado un Basset Hound para que jugara de verdad con una mascota, poco a poco ese peludo amigo de orejas largas, fue distanciándome de mi gato azul, hasta el día que crecí y sentí que ya no era un niño para andar con un peluche como amigo.
Página 1 / 1
|
Daniel Florentino Lpez
Hay una simplicidad
bien trabajada
detrás del gato azul
Un abrazo
Daniel