(este texto fue publicado en mi usuario de facebook)
 
La identidad es un conjunto de cualidades, calidades, usos y costumbres, modalidades de pensar, decir y hacer, que nos identifican. Es una faceta muy propia de cada uno. Un sello, una firma biológica e histórica (de la propia).
 
Una identidad es un ¨nick¨ se usuario en una red social, un nombre y apellido, una afirmación de partidismo político, cierto o falso.
 
Las personas no existen sin identidad, aún los jenuflexos y obsecuentes, laboriosos lame medias, encargados de defenestrar identidades ajenas, tienen, ellos mismos una identidad… triste, pero la tienen.
 
Como nombres pueden tener un apellido… o dos. Pueden ser hombres o mujeres, pueden ser jóvenes o adultos/as.
 
La identidad es lo que uno sembró en las entrañas de nuestras historias personales, de nuestros criterios ocultos o expresados. Es lo que somos, también lo que creemos ser o lo que pretendemos para nosotros mismos.
 
Nuestra identidad nos impulsa al desarrollo de vivencias constructivas en relación a nustras propias vidas y en relación a las de los otros. Podemos ser fieles y obedientes de órdenes para traicionar todo lo que se pueda traicionar, o podemos ser fieles a nuestras convicciones más profundamente instaladas en nuestra personalidad como señalamientos del camino correcto.
 
También nuestra identidad se expresa mediante un documento de identidad que dice nuestro nombre, menciona un número que nos identifica y se muestra nuevo o gravemente usado.
 
La identidad es un valor que si nos lo tocan… nos lastiman, o nos calman. Se trate de una caricia o de una difamación profesional, o de una actitud de pura ignorancia e ingenuidad, permitida ¨hasta cierta edad¨ como normal o comprensible, después… es estupidés, claramente.
 
En las redes sociales nos llamamos a ¨amigos¨ como una expresión de deseos, o con sincero sentimiento participativo de club de barrio. También nos llamamos ¨amigos¨ porque es conveniente ¨estar cerca¨ de la probable presa para difamar, ensuciar con falsas acusaciones de cualquier cosa, de lastimar hasta la sangre si fuere posible.
 
No es fácil participar de una red social si no se está dispuesto a encontrarse con estas bestias sin sentimientos. Pero es agradable participar de encuentros virtuales. Comentar sobre temas diversos. Establecer un contacto, más allá de los peligros siempre presentes.
 
Y ser fieles con las propias convicciones, a veces expresadas con excesiva pasión, que puede ofender a los otros ¨socios¨ de este club virtual. He ahí un necesario aprendizaje para todos, incluido para quien escribe esto. Expresar las propias ideas sin ofender a quien piensa diferente. No me refiero a renunciar a la denuncia de la mendacidad de políticos que claramente han mentido, sino de ser prudentes en manifestar nuestro pensamiento político sin descalificar el pensamiento del ¨otro¨. Sencillamente porque el ¨otro¨ es quien nos otorga la identidad. El ¨otro¨ es el espejo que nos dice como somos, quienes somos, ¨que¨ somos.
 
Sin los demás… me pregunto: ¨a quien le estoy escribiendo ahora mismo?¨…
 
Guillermo Alejo Fischnaller