Solilocos
Publicado en Apr 16, 2011
Simbolisme: El globo soltó amarras y flotó después, como una luna de gas, sobre la ciudad devastada/ Abajo/ el mar había arrasado las costas y el cielo cubierto las cúpulas/ La ciudad en ruinas/ es una postal móvil desde los satélites/ y las hormigas/ que se multiplican /rojas y negras /a lo lejos/ son humanos/ Así, en perspectiva/ la realidad parece una maqueta/ No siempre es abajo como es arriba/ En un cielo al revés/ no siempre la gravedad es ley/ Para poder continuar /les dijo/ es necesario empezar/ una vez más/ por el final.
Ya quisiera yo abandonarme a ese dulce y lisonjero vagabundeo lúcido, como hacía Arlt, para después descubrir con sus Aguafuertes un montón de pequeños mundos desconocidos a la vuelta de la esquina. Pero no tengo más que esta oficina bien iluminada, y un frente armado de entrerrianos que al otro lado del teléfono disparan pausadas, nítidas, escupiendo, un amasijo de palabras incomprensibles, en nuestro idioma. Creo, estoy convencido, de que todos mis interlocutores, enervados y locuaces, tienen la misma cara del chacarero De Angelis. Estoy hastiado del mundo, de mí mismo. En la irreductible dualidad, pensando en un Dios que está fuera de mí, y que no soy yo. La tierra es así un lugar inmundo, montón de basura, fuga, pasado, un futuro que nada tiene de deseo ni de construcción del presente. Quisiera dejar de escribir aspirando a una belleza divina, unitiva, cósmica, y convertirme yo mismo en esa belleza humana y divina, parte y a la vez todo, finita así como infinita, efímera y eterna, sin polos opuestos ni escisión. ¿Quisiera ser un santo acaso, abrazar esa vocación? ¿Debería disciplinarme entonces, intentar quitar primero el yo y después el deseo para alcanzar finalmente la gracia? Todos disparates de gurús. El yo sirviendo a la esencia, el deseo traducido en voluntad dirigida y el disfrute de la gesta: es ese un ideal de madurez, de autoconocimiento y de victoria sobre uno mismo. Quisiera ante todo el lirismo de los compasivos/ de los que ven en el otro/el reflejo hondo de sí mismos/ Quisiera el lirismo de los que ven al mirar/ No quiero más nada del lirismo que no sea amoroso/ expansivo/que no pulse en lo vivo/que no construya puentes para acercar las orillas/ Qué sobren los sin porqué/ Que de una vez para siempre/ todos sean los motivos. El deseo es un puente/ tendido /entre tu boca y la mía/ por el que discurre/agua de vida.
Página 1 / 1
|
Mastropiero
Turmalina