En un campo metafísico en una noche ventosa que no anuncia nada. Regreso abatido a la realidad estática, plana. Sigo hurgando en mis bolsillos pero sin esperanza alguna, la llave que abría mi voluntad se ha perdido en algún lugar del recorrido no espero hallarla entre la hierba tan espesa, en la estación del tren llena de recuerdos confundidos. Ah, la noche me echa en cara mi pérdida, el tiempo se ríe de mí y sus carcajadas retumban en mis oídos, chillonas, burlonas, crueles. Canto como el cisne en su lecho de muerte, destilando tristeza que marchita las plantas y ennegrece las nubes.
Intentos en vano de mi soledad para consolarme, dice que algún día la belleza me dejara abrazarla, lo repite cansinamente para arrullarme, al final estoy tan somnoliento que termino por creerme las mentiras de su consuelo.
Me miro al espejo y siento que  hay alguien detrás que me observa, no soy yo pero tampoco es Alicia, mi reflejo yace en sus ojos, siento su mirada.
He perdido el tiempo en cosas que al recordarlas son ignominiosas
Mi indiferencia es un crimen y tengo prohibido gozar de los placeres del vino.
Los agentes del sistema descubrieron mi conspiración a tiempo y pusieron a las masas en mi contra. No estoy seguro ni siquiera bajo la sombra de la noche, las miradas se me clavan, crueles y burlonas, pronto me rodean, es un hoguera pero en vez de quemarme siento  escalofríos
Despierto de la pesadilla, abochornado pero con el sudor frío cubriéndome la piel.
Escuchando el silencio de los guitarristas que no tocan,  las miradas de los ciegos que con un bastón y un perro ven más que yo.
Suspirando al recordar amargamente que mis labios desconocen el beso del amor. Y mi soledad deja de arrullarme, abandona sus intentos de hacerme sentir mejor, se derrumba y se arrodilla en el suelo del amanecer llorando y entre sus sollozos oigo sus ruegos en los que le pide la muerte al destino, llora desenfrenadamente porque aún no se ha reducido a cenizas, porque todavía no es un recuerdo.
Miro con serenidad y desdén al horizonte ¡Ya no hay fantasías que realizar en estas tierras!
Todavía me da vueltas en la cabeza la idea de apagar las llamas del Infierno con orines
Mis aspiraciones tiemblan en la penumbra, temerosas de volverse realidad, con miedo de dar un paso y que su rostro se ilumine con la luz de la vela
La vida se voltea y me mira como quién lo ha perdido todo, la misma cara de dolor que ponen todos cuando hay que empezar de nuevo, recoger las ruinas y tratar de hacer algo con esos restos.
La vida me reta, con sentencias desalentadoras. Pasearé mi monotonía por el mercado, no llevaré correa tal vez se me pierda, lo sabré porque sentiré su ausencia, lo sabré porque en ese instante todo volverá a brillar. A la luz de mis recuerdos busco las utopías que deje en la eternidad. Y sólo yo sé lo que se oculta tras ésas fábulas, el verdadero fruto de esos árboles, la verdadera raíz del problema sólo la sabré yo y el verdadero color de la conciencia sigue siendo sólo mío. Y aquí en las avenidas de la realidad nos sentamos todos a llorar por lo que pasó y lo que no pasó, aquí donde el tiempo está suspendido y temeroso de entrar, nos lamentamos en memorables borracheras para despertar y seguir por la realidad como noctámbulos de la mente.