PASAR LA IGLESIA POR LA GRAN TRIBULACIN?
Publicado en Apr 30, 2011
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¿PASARÁ LA IGLESIA POR LA GRAN TRIBULACIÓN?
Mis agradecimientos al Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, por los hermanos que han sido fortaleza en el desarrollo de mi ministerio: María Isabel Pérez Petro, anciana en el Señor que creyó en el llamado hecho por Dios a mi vida; presta su casa para las reuniones en nuestro pueblo, y que, siendo muy pobre, donó el terreno donde se construye el lugar para adorar a Dios; a su hija Itala Castellanos Pérez, fiel colaboradora en el Señor y gozosa por la decisión de su madre; al licenciado en Educación Física,  Amaury Santander Doria Cárdenas, compañero de lucha,  y muy colaborador en el servicio al Dios Padre; a su madre Lucinda Cárdenas Sánchez, mujer de fe; al ya finado Julio César Hernández Pérez, y al resto de mis hermanos en Cristo.
Derribando todo argumento que se levanta contra el conocimiento de Dios, expondré todo lo que la Biblia dice con relación a este tema:
Empezaré por lo escrito en:
Señales antes del fin
(Marcos. 13: 3-23; Lucas. 21:7-24)
Mateo 24:3-51: Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? (Observamos que quiénes le preguntan a Jesús son los discípulos, o sea los hijos de Dios o iglesia de Dios que conformará el cuerpo de Cristo (1) porque Cristo es la cabeza(2); la pregunta encierra tres interrogantes. A) ¿Cuándo serán estas cosas? B) ¿Qué señal habrá de tu venida? C) ¿Cuándo es el fin del siglo?)) .(Jesús responde la pregunta en el mismo orden en que le fue hecha: A) ¿Cuándo serán estas cosas?, y al final de su respuesta hace enlace para responder la segunda parte de la pregunta) Respondiendo Jesús, les dijo (advertencia): Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin (primera parte de la última semana de paz aparente de Daniel 9:27). Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores (segunda parte de la segunda semana con alteración de la paz) (esto sucederá antes de entrar en la tribulación, o sea en la primera parte de la última semana, que tiene la primera de paz aparente, y la segunda de tribulación y Gran tribulación). Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre (sabemos por las Escrituras que a los hijos de Dios, los que son de la fe, es a quienes les sucede lo aquí descrito, en la primera parte de la tribulación, para luego entrar en la segunda parte o Gran tribulación; ya que la última semana son: tres años y medio de paz aparente antes de entrar a la segunda parte de la semana que empieza con tribulación y termina con Gran tribulación)). Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Más el que persevere hasta el fin, éste será salvo (el término para perseverar en el original griego es upomeno, y no tiene la connotación de significado en cuanto a la fe, sino de soportar, aguantar el acoso, para no morir en él; porque no todos morirán en este período, porque el evangelio tiene que ser predicado, y de estos se levantarán en la iglesia que Cristo se llevará hasta las nubes (1); pero si habrá mártires que morirán en la Gran tribulación, para que sean la segunda parte que completará a los otros mártires que en la visión futurista de Juan en Apocalipsis6: 9-10, claman porque se vengue la sangre de los que han muerto sobre la tierra (2) El término salvo es utilizado aquí, en el original griego es sozo, y no tiene la connotación de salvación eterna, sino de salvación de la situación que se vive en ese tiempo)). Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin (después de estos sucesos es cuando vendrá el fin del presente siglo malo en el cual rige Satanás, porque este será amarrado por mil años, para que reine Jesucristo con los suyos). (Jesucristo hace la segunda advertencia) Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa (1); y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa (2). Más ¡ay de las que estén encintas (1), y de las que críen en aquellos días (2)!  Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno (1) ni en día de reposo (2);  porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora (1), ni la habrá (2). Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo (1); más por causa de los escogidos (el término para escogidos en el original griego es ekleptos, el cual es el mismo para elegidos, y el utilizado en Lucas 23: 35 para designar a Jesús como el Mesías el escogido de Dios; por lo tanto, los elegidos, los escogidos, la iglesia, está presente en la Gran tribulación; y por causa de ellos, esos días serán acortados, cumpliéndose la promesa de Dios hecha en Apocalipsis 3:10: donde dice que los librará de la hora de la prueba que vendrá sobre la humanidad. Hay que aclarar que el término griego para designar prueba en este pasaje, es peirazo, y significa tentación, es decir, que la iglesia no caerá en la tentación de dejarse marcar de la bestia para que no les maten, sino que sabe que ella tiene el sello de Dios)), aquellos días serán acortados (2). Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible (los escogidos no serán engañados, porque no es posible), aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes. Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. (Aquí Jesucristo enlaza para empezar a contestar el segundo interrogante que tiene la pregunta: B). ¿Qué señal habrá de tu venida?) Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
Seguidamente les declara sobre la segunda venida:
La venida del Hijo del Hombre (Mr. 13.24-37; Lucas. 21.25-36; 17.25-36; 12.41-48)
E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria (después de los días de la tribulación es cuando se verá en toda la tierra, la señal del Hijo del Hombre-Jesucristo, viniendo sobre las nubes; la los escogidos estarán en la tierra, tanto muertos como vivos (1 y 2). Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos (ekleptos-iglesia), de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas (la iglesia sabrá que al bajar Jesucristo a las nubes, está cerca el ser levantados hacia él; pues a los escogidos les es dado conocer estas cosas)). De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (la generación mala y perversa que ha existido desde después del paraíso hasta ese tiempo, y que desde los tiempos de Jesucristo aquí en la tierra venía pidiendo señal, no pasará, es decir, habrá esa mala generación hasta que todo esto acontezca).  Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Más como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis (Solo después de esto, o sea, cuando Jesucristo baje a las nubes, es cuando la iglesia será levantada por él, y no es un rapto, porque él no es ladrón, y nada hace en oculto, pues él pagó por su iglesia, y ahora la levanta tomando uno de cada dos (1y2) que estén juntos, es decir, que hayan creído en él, llevándose a los que estén preparados y dejando a los que no (1ª a los Tesalonicenses 4:13-18: Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.), como el caso que relata en la parábola de las diez vírgenes: cinco sensatas-iglesia (1), y cinco insensatas (2) (siervos que solo alcanzan la salvación).  (Jesucristo aclara esto a continuación) ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá (1) (iglesia-cuerpo de Cristo). Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes (2) Siervos insensatos que al bajar Cristo a la tierra, y poner un pie en el mar y otro en el monte de los Olivos (1 y 2), y este se partirá en dos (una hacia el Norte y la otra parte hacia el sur (2), (1 y 2)); en ese tiempo se cumplirá la segunda parte de la resurrección, porque la primera parte es para la iglesia santa, sin mancha y sin arrugas; porque si las primicias son santas (la iglesia), también lo es la masa restante. La parte que estos siervos menospreciaron o sea el cuerpo de Cristo, les traerá el juicio de Dios en Cristo; allí llorarán junto con los impíos, hasta que paguen por su desobediencia: Romanos 9:16: Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.). El orden de la resurrección según la Biblia es: 1ª a los Corintios 15:23-24: Pero cada uno en su debido orden: Cristo (ya resucitó-él es la cabeza), las primicias (la iglesia o primicias); luego los que son de Cristo en su venida (los siervos que se quedaron  por insensatos pero que son santos porque quien los hizo santos fue Dios). Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia (después del milenio cuando se dará la segunda resurrección).
Veamos acontecimientos de la segunda venida:
Al abrir el sexto sello: Apocalipsis 6:12-17: Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre;  y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?    
Habrá consumación del misterio de Dios al toque de la séptima trompeta: Apocalipsis 10: 7: sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.
1ª a los Corintios 15: 41-42: He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
La séptima trompeta: Apocalipsis 11:15-19: El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado. Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra. Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.
La tierra es segada: Apocalipsis 14:14-20: Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, (Jesucristo cuando baja hasta las nubes a levantar su iglesia) que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda. Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura (él, como siempre, espera que el Padre le envíe la orden para empezar a actuar). Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada (¿Por qué una hoz? Porque esta perfora la tierra en donde hay muertos en Cristo que resucitarán primero; luego los vivos serán transformados y subirán con ellos a las nubes). Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda. Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras. Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios (los frutos de la iglesia que le darán el galardón según el caso). Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios (en lagar donde serán pisados se verá el coto de estos frutos representados en la sangre de los mártires, de la cual Babilonia es responsable, porque en ella está la sangre de todos los que han muerto sobre la tierra: Apocalipsis 18:24: Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.)
¿Cuál es el destino final de la iglesia? Hebreos 12:12-29: Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.  Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.  Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas. Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo; y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando; sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel. Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.
En la Gran tribulación, cuando sean derramadas las siete copas que contienen las siete plagas postreras, la iglesia ya ha sido levantada: Apocalipsis 15: 1-8: Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios. Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios.  Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán,  porque tus juicios se han manifestado.  Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio; y del templo salieron los siete ángeles que tenían las siete plagas, vestidos de lino limpio y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro. Y uno de los cuatro seres vivientes dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive por los siglos de los siglos. Y el templo se llenó de humo por la gloria de Dios, y por su poder; y nadie podía entrar en el templo hasta que se hubiesen cumplido las siete plagas de los siete ángeles.
Después de las siete plagas postreras plagas, viene la sentencia de la Gran Ramera y su caída; seguidamente las bodas del Cordero con su iglesia, la cena de las bodas y después, el regreso de Jesucristo a la tierra en su segunda venida, a juzgar: Alabanzas en el cielo Apocalipsis 19:1-21: Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. 
La cena de las bodas del Cordero Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
El jinete del caballo blanco
Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso.  Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,  para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.  Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.
 Respuesta de Jesucristo a la tercera parte de la pregunta: ¿Cuándo será el fin del siglo? Mateo 25:1-46.
Jesucristo, para que entendamos el juicio que hará a las naciones o sea a la humanidad, les habló primero las parábolas que siguen, las cuales nos dan las pautas que indican el por qué se pierde ser miembro del cuerpo de Cristo, es decir, el ser como dice la Biblia: reyes (1) y sacerdotes (2) para reinar con Cristo; y que deben servirnos de acicates para alcanzar este galardón:
Parábola de las diez vírgenes (1) Falta de fidelidad a la palabra. Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.  Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir (La amistad con el mundo contrita al Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo, el Verbo de Salvación, la Palabra de Dios que mora en nosotros y con la cual fuimos sellados, haciendo que muchos estemos ociosos y sin el gozo de ser hijos de Dios en nuestras vidas, de tal forma que cuando aparezca la señal del Hijo del Hombre, de Jesucristo, bajando del cielo a las nubes, entonces es cuando vamos a correr a hacer lo que debimos hacer siempre de manera constante, pero ya es tarde, porque nuestras lámparas están sin la Palabra, sin la unción para irnos con el esposo; y entonces vamos a lamentar por haber perdido la oportunidad de ser miembro del cuerpo de Cristo). Recordemos lo dicho en Proverbios 10:5: El que recoge en el verano es hombre entendido; el que duerme en el tiempo de la siega es hijo que avergüenza. Mateo 13:30: Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero. Mateo 13: 39: El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. Marcos 4:29: y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado.
Parábola de los talentos (2) Falta de lealtad en el servicio.
Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.  Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos.  Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes (Dios pedirá cuentas en su Hijo Jesucristo, a todos, sobre los dones y talentos que él nos ha dado en quien subió a lo alto llevando cautiva la cautividad, para galardonar o castigar  según el uso que les hayamos dado; está establecido que los frutos que como iglesia del Señor debemos producir son: del treinta por uno, del sesenta por uno, y del cien por uno; por eso debemos estar activos dentro del organismo del cual somos miembros, produciendo los frutos según los dones recibidos, para que no descuidemos esta salvación tan grande (soteria en griego y significa salud, de ser partícipes de la naturaleza divina de Jesucristo) .  
Luego contesta cuando será el final del presente siglo:  
El juicio a las naciones Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él (Para entender esto debemos recordar lo dicho en: Mateo 22:29-30: Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. 1ª a los Tesalonicenses 4:17: Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor (estaremos siempre con el Señor, pues somos su cuerpo); dos grupos de ángeles vendrán con Jesucristo en su segunda venida: (1) Los ángeles que no pecaron, (2) la iglesia que al resucitar es como los ángeles), entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones(Jesucristo es el juez:2ª a Timoteo 4:1: Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino; Juan 5:27-29: y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.  No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.);  y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños (la iglesia es comparada como manada pequeña) estos salvos por fe hicieron obras dignas de arrepentimiento), a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles (los espíritus no mueren, por eso el fuego eterno está preparado para Satanás y sus ángeles; los malditos pagarán su sentencia estando vivos en la resurrección, y su tormento durará de acuerdo al tiempo del castigo merecido, quedando fuera de la protección de Dios, mientras en el milenio Jesucristo reina con los suyos; entonces cumplido ese tiempo, Dios les quitará el aliento de vida y morirán; esta es la muerte segunda en donde sus cuerpos serán echados al lago de fuego para ser destruidos, puesto que polvo eres y en polvo te convertirás: aquí vemos cumplirse lo dicho en Mateo: 10:28: Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Explicación: a un hijo de Dios lo pueden matar (el cuerpo), pero el alma no se la pueden matar, porque está sellado por el Santo Espíritu de Dios, y el alma volverá a ser al juntarse el espíritu o aliento de vida con el cuerpo en la resurrección; de allí el nombre de mártir; a esos que matan el cuerpo no se les debe temer ¿A quién se debe temer? A Dios que en su Hijo puede destruir el cuerpo y el alma en el infierno, porque en la resurrección de condenación pasará por la muerte segunda, y para siempre dejará de ser). Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis (Santiago 2:14-26: Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Más quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?  ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. “Quien cree de verdad, actúa, es decir, obedece; los demonios creen, pero no de verdad, y por eso tiemblan; la Biblia dice que por sus frutos ú obras, les conoceréis”). E irán éstos al castigo eterno (no serán más, porque el cuerpo sin el espíritu está muerto y convertido en polvo), y los justos a la vida eterna.
Los que salen de la Gran Tribulación, son también de la fe de Abraham, y por lo tanto, son iglesia del Señor. Veamos:
Apocalipsis 7:9-17: Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén. Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
Apocalipsis 11: 1-14: Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses. Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio (el término empleado aquí en griego para testigos es martus, y significa mártires; estos son profetas, y los profetas son de la fe de Abraham, por lo tanto, iglesia del Señor. La bestia que sube del abismo los mata en la Gran tribulación, y a los tres días y medio de su muerte se les ordena desde el cielo que suban allá; la iglesia al igual que su cabeza, es la única que al resucitar sube, porque los demás son juzgados por Jesucristo acá en la tierra en su segunda venida). Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra. Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera. Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran. Cuando hayan acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la grande ciudad que en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado. Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. Pero después de tres días y medio entró en ellos el espíritu de vida enviado por Dios, y se levantaron sobre sus pies, y cayó gran temor sobre los que los vieron. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía: Subid acá. Y subieron al cielo en una nube; y sus enemigos los vieron. En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décima parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres; y los demás se aterrorizaron, y dieron gloria al Dios del cielo. El segundo ay pasó; he aquí, el tercer ay viene pronto.
El tiempo para los gentiles está estipulado en la Biblia; la iglesia está compuesta por judíos y gentiles. (Jerusalén estará en poder de los gentiles por un tiempo determinado)
Lucas 21:24: Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.
El número o plenitud de los gentiles que conformarán con los judíos el cuerpo de Jesucristo, está también determinado; cuando ese número se complete, la iglesia será levantada, y luego Jesucristo vendrá con sus santos (iglesia y ángeles) a la tierra, a salvar a los que le esperan: los israelitas que serán salvos todos en ese tiempo; en el segundo acto de la resurrección.
Romanos 11:25: Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad.  
La iglesia de Jesucristo que va a ser levantada, se identifica por lo dicho en Efesios 5: 26-27: Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,  para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Además de lavarla con su palabra (1), también la lavó con su sangre: Apocalipsis 1:5: y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre (2). Esta iglesia tiene dos características por la cuales el enemigo la odia: Apocalipsis 1:9: Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios (1) y el testimonio de Jesucristo (2). Apocalipsis 20: 4: Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Apocalipsis 12: 17: Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.
Hermanos en Cristo: Los mártires de la Gran tribulación tienen estas características: lavan sus ropas en la sangre del Cordero por causa de tener su palabra morando en ellos.
Es notorio el orden de Dios en su palabra:
Cuando Jesucristo descienda del cielo hasta las nubes, el cielo (1 y 2 cielo que contaminó Satanás con el pecado, se desvanecerá (no encontré un término griego en la Concordancia Greco-Española para desvanecer), como pergamino que se enrolla (tampoco para enrollar), y después al final, cuando Jesucristo baje a la tierra, tendrá lugar el juicio a las naciones (1)  Observamos que también cuando el cielo se desvanece, todo monte y toda isla se movió de su lugar (1 y 2); primera resurrección)
Apocalipsis 6:12-17: Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar. Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos  del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie?  
Después del milenio, viene el juicio ante el Gran trono blanco; y delante de Dios huye la tierra y el cielo (cielo santo de Dios, donde tiene su trono (segunda vez que el cielo huye o se desvanece; esto sucede en la segunda resurrección)
Apocalipsis 20:11-: El juicio ante el gran trono blanco Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
Dios hace las cosas dos veces: te dio la vida terrenal que el pecado contaminó (1), y en Jesucristo te da la celestial o vida eterna (2), si crees de verdad en su nombre; para ello, se dan dos resurrecciones; para condenación habrá después de la primera muerte, la muerte segunda.
¿Sube la iglesia al cielo donde Dios tiene su trono? La Biblia no dice esto; miremos lo que la Biblia dice respecto a que la iglesia sube a recibir al Señor: 1ª a los Tesalonicenses 4:17: Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire (no en el cielo sino en el aire), y así estaremos siempre con el Señor (no dice que siempre estaremos ahí con él, sino que de esa forma siempre estaremos con él; recordemos que él baja a la tierra seguidamente, a juzgar a los vivos y a los muertos; cuando esto acontezca, es decir, la subida de la iglesia a recibir al Señor, este encuentro se da es en el aire, porque el cielo contaminado se ha desvanecido porque es señal de que Jesucristo baje a las nubes y luego a la tierra).
Dios es el Hacedor y en su Hijo Jesucristo hizo todo: él es quien en su Hijo, se mueve a buscar su iglesia; veamos las siguientes Escrituras: Levítico 25:11: Y pondré mí morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará. Ezequiel 37:27: Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Juan 14:23: Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. 1ª a los Corintios 3:16: ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 2ª a los Corintios 6:16: ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente,  como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Cuando Dios venga  a morar con nosotros en la Nueva Jerusalén, ya el cielo donde tiene su trono ha huido de delante de él, al igual que la tierra; Habrá cielo nuevo y tierra nueva,  y en esa tierra nueva, es donde se posará la Nueva Jerusalén que descenderá del cielo: Apocalipsis 21:1-3: Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios (el cielo de Dios es exclusivo de él, tanto el viejo que pasa, como el nuevo que permanece), dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Que la verdad de Dios esté siempre en vuestros corazones! Amén!
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