Ser:
Publicado en May 02, 2011
Ya no estoy para esto,
los teatros ceden al espectáculo más bajo sus taciturnos actores no ven en el público la razón de actuar si no, números de fantasía reflejados en papel moneda. Sintiendo náuseas al pasar por allí donde abundan librerías enormes, gigantescas, ¡librerías sin libros! atendidas por sujetos charlatanes y lectores rígidos que desgastan sus yemas escrutando pliegos reciclados que exponen palabras ya vendidas y comercializadas antes de ser puestas en venta tras el cristal. Ya no estoy para esto, donde la sensibilidad se opaca por la vanidad, en un litigio donde indóciles esclavos se pisan la cabeza entre sí para alcanzar los pies de una prostituta leprosa que los escupe desde lo alto. Vomitando me arrastro entre iglesias plagadas de paganos arrepentidos siendo exorcizados por clérigos ateos y pestilentes bajo la cruz de un Cristo que aun se desangra reclamándole al Dios de quien él mismo duda. Ya no estoy para esto, siendo extranjero en mi propia tierra oyendo un idioma ágrafo de sombras esqueléticas balbuceantes que hablan como metralletas donde mimos apaleados imitan a la vida e idiotas martirizados pueblan las noches, pueblan los días. Y estoy aquí, o tal vez allá, hablándole al silencio escribiéndole a lo ausente cortejando un amor difunto sangrando los dientes... Sé que embriagarse es una glorificación que me conduce al mundo perfecto, donde el alcohol apacigua mi lascivia y la desazón se lleva mi deseo infesto… Hurgo en la pluralidad de mis facetas y encuentro una máscara hermosa, perfecta, la máscara más sutil entre los mortales, la uso y me observo al espejo… que belleza señores, que hermosa imagen, la perfección se centra en la caricia de mis dedos frente a aquella cerámica sin facciones, frente a aquel espejo que refleja la sinestesia de un hombre… sin rostro. Para ello es que he nacido amigos, para ello fui creado… soy los ojos impertinentes que vieron la burla de Dios mucho antes de la creación y en mi piel llevo tatuadas las blasfemias de los condenados… Para esto estoy aquí, para esto soy lo que soy, llevar en mis pupilas lo infinito del universo y acarrear los cadáveres del pasado… divulgar la mala fe y aporrear al humilde… resucitar cada nocturnidad y fallecer en las palabras para luego ser eterno en el silencio y en la medianoche. Ya no estoy para ti para él, para mí, aquí estoy, soy lo que soy, todo por ella… Poesía.
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