El ocano del tiempo
Publicado en May 04, 2011
Estoy cruzando el océano del tiempo Buscando el abrazo de las musas eternas. Estoy viendo al cielo, Ahora que la foto de Dios Se vende por TV. Como siempre, voy más rápido que el mundo, Pero llego tarde a las auroras del horizonte. Escruto las penumbras en busca de un amigo, Y la brisa marina, me golpea en la cara, Escupe su talento, Siempre carcome con singular paciencia. Es que voy tan rápido como el viento, Pero siempre llego tarde a las auroras del horizonte. Con un extravío, contemplo las aguas de borrasca, Azotan mis noches y se secan al abrazador suplicio del escarnio. Una mujer, desnuda su sexo ante mi exultante deseo, y se llena de gloria, Bebe, del goce de mi exuberancia, el mástil de mi nave, ¡quizás se rompa! Es que cabalgo las olas en las noches de luna llena, Pero siempre llego tarde a las auroras del horizonte. Los ojos infames, no avizoran la entrepierna de Dios, Acaba en mi cara, el sexo púber de la niña con pechos de miel. Sostengo la vara y henchido de mansedumbre, El sol se sonroja de mi lasciva pereza. Navego en desnudeces del alma, Pero siempre llego tarde a las auroras del horizonte. Y los fríos espacios del universo no logran contener Esta perenne invocación de mis dioses ancestrales. El hombre que soy, se retuerce entre sabanas de satén Y así contemplo a la joven que ocupa mi cama Y solo espero la soledad para acariciar la ausencia de Ese cuerpo retozando en las mieses de mi prodigio. Así que voy eternamente hacia ti, añorándote Pero siempre llego tarde a las auroras del horizonte.
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luis jos