No alcanzan las curvas de la sierra
para compararse a la silueta tuya:
No alcanzan las casas de madera acarreada
para acercarse a tus cardúmenes de olores.
Son pocas las olas en la playa
para la sumatoria de tu suave violencia:
Violencia en las cuales te eternizas
mientras me amas frente a la chimenea.
No te caben los ojos en el mundo.
No te caben los ojos en mi orbe
No te caben los ojos en la tierra
para mostrar tu amor humedecido
que entre mis manos, estalla como pámpanos.