A capela
pregonar bendito
Mi distintivo estandarte
en rosa pradera
sueño que vuelca tuercas a diamantes
distantes de lunas, de la locura a la absurda estación gélida de los ornatos.
Mal quejo de pena
si por el rocío me ofrezco
me comunicas ave presurosa
el encuentro bravío del viento
en labios y pronunciares divinos
caracolas retumbantes, pradera de cimas
de alturas, de estatuas omnipotentes
y cálidos trigos.
           Canta
           ofrece
           deduce,
           crece
           otorga
           verbo del acentúo florecer
           enmienda,
lucero en cuarto menguante
acrecentado cauce
en los suspiros de su arte mi desdén
cautivo dormita
e incierto germina, son las luces del faro, en los ojos de bocas abiertas
entre tus brazos, ahí es el poético atardecer
donde trabajan y se esconden las letras.
Adornado
en capullo marchito.
                          Brío
                         dulce
complejo verso
adverso,
                        treta,
         magna ilusión
rabieta,
contagio,
compañía elocuente, risa suelta.
Vuelca
en cosmos de Agosto forjado en Noviembre,
antes del alfa y del omega.
A capela hoy yo te abrigo
en pregonar mi infortunio
a locomotiva te contento
que a esperanza no preludio
soy el reptil afuera
y tú flor y fruto híbrido, dentro
Sombras vibrantes
y de minuciosas réplicas
aquello tan interminable
y esto al espontáneo
¿cómo alcanzarte a rosar entre las vertebras que confabulan con tu astro?
A capela hoy te rezo
sembrando la rodilla
entretejiendo las palmas
a tus sembradíos
u oceánicas naves
negándome la mitad bestia
ocultando el pedazo de hombre
desintoxicando a los Cármenes del Goliardo
moldeo escarnio verso
atento a la razón
que de ti
yo
bebo el universo.
Mama mía, Mama mía
en tono sublime
que a la salve
de toda tu gracia la alegría
elegía
quebrantos
y diluvios
porque eres
poesía divina
te alabo con latido firme
que más que a la pluma y tinta
te amo a ti
como mi alusiva guía
es la capela del pregonar bendito
a la bendita madre
de un poeta maldito