Un revlver en el ropero
Publicado en May 22, 2011
Un revólver en el ropero
Fueron las noticias sobre la inseguridad, las que alentaron a Eusebio Mujica a comprar un revólver calibre treinta y ocho. Temía que su hijo pudiera manipularlo, por eso lo guardó en uno de los cajones más altos de su dormitorio. Desde que llegó el arma a su casa se constituyó en algo así como un extraño centro de gravedad. Por respeto, y tal vez, temor evitaron hablar de ese instrumento de muerte. Se referían a él como "eso". Un episodio trivial los puso en alerta sobre una posible tragedia, que intuían rondaba en las cercanías. Las ramas del árbol de una vivienda lindera presionaban, peligrosamente, sobre los cables de electricidad y otros servicios. Eusebio le pide, amablemente, una solución a su vecino, pero obtiene una respuesta tan inesperada como destemplada. Una catarata de insultos e improperios provoca una agria discusión, que termina imprevistamente cuando Mujica se vuelve y, rápidamente, ingresa a su casa rumbo al dormitorio. Allí se encuentra a su mujer bloqueando la puerta del ropero donde se encontraba el arma. -- Pensá en lo que vas a hacer-- le dijo El hombre entró en razones y la abrazó. Sin embargo, fue a partir de ese día que comenzaron las discusiones con su esposa sobre la tenencia de ese objeto mortal. La postura del hombre era inflexible: el arma era necesaria para la defensa del hogar. Uno de esos entredichos se sale de cauce y Eusebio termina amenazando de muerte a su propia conyugue. Ella, indignada, se toma el asunto muy en serio, puesto que había un arma de por medio, y decide abandonar el hogar junto con su hijo. Ninguna de las partes da un paso atrás. En la actualidad Eusebio sigue viviendo solo en la misma casa, con la única compañía del revólver que, en un cajón, continúa aguardando ser utilizado para la defensa del hogar.
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Daniel Florentino Lpez
Comparto sus apreciaciones
Un gran abrazo
Daniel
JUAN CARLOS
Un gran abrazo..Juan Carlos.
Daniel Florentino Lpez
Tus comentarios van al fondo de las cosas
Un abrazo
Daniel
Daniel Florentino Lpez
Ignoraba esa información
Agradecería si pudieras alcanzarme
algún link sobre ello
Un abrazo
Daniel
Maria dels ngels
Buen relato por otro lado al ilustrar el miedo que llega a tener de un arma su propio dueño.
Esteban Valenzuela Harrington
Buena forma de representar como se nos escapan las cosas importantes de la vida de nuestras manos. Eres un artista del microrelato. Sabías que aquí en Chile se va a realizar el 3er encuentro de microficción entre los días 30 de mayo al 02 de junio, incluso vienen compatriotas tuyos a participar. Creo que después va a ver otro, en Mendoza, debes estar atento para participar.
Un abrazo,
Esteban
Daniel Florentino Lpez
El que sabe escuchar
verdaderamente es sabio
Saludos,a miga
Daniel
Laura Alejandra Garca Tavera
Daniel Florentino Lpez
Interesante aporte para la problemática
del texto
Un abrazo
Daniel
Filiberto Oliveros
Eusebio conozca el nombre del hueco del cañon: ánima o alma y por eso prefiere su compañía.
Precisamente ese nombre dió lugar a un poema humoristico del inmortal Mario Benedetti, donde
aparece un novio, su novia y el nombre del hueco del cañón del revólver. Perdona la impertinencia
Felicitaciones por tu mente fértil. Recibe un grato saludo. Filiberto.