Me quedo en silencio,deseando tus besos,
y en un tumulto las penas,vivir se dejan.
Acaricio con miedo tu frio retrato,
mientras el dolor se derrama,con sabor a llanto.


Pregunto y pregunto,al austero vacio,
que fue de la efimera y dulce alegria,
vejada ha quedado la flor cristalina,
y nuestro lecho de amor,cubierto en cenizas.


No voy cederle espacio al olvido,
me armare de te quieros,contra este enemigo,
enfrentare su contienda por el amor vivido,
y a sus campos de azufre,los volvere frutiferos.


Saldre en tu busqueda,sin temor a nada,
pues mi cuerpo te llama con ansias del alma.
Divisan mis ojos,tu silueta emblaquecida,
y en el yermo de tus manos,soy agua viva.


Ya estoy contigo,en vuestro camino,
en este istmo de pieles deseosas de cariño,
saturando los pliegues marquesinos y prohibidos,
como el vulgar ladron he venido, a LLEVARTE CONMIGO.