CUANDO LAS MUECAS LLORAN!
Publicado en Jun 02, 2011
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¡Una muñeca que llora!
 
Ayer me levante asustada, pues soñé que mi muñeca Alma estaba llorando. Un poco raro a decir verdad, pero me entristeció un poquito, pues Alma es mi muñeca de trapo favorita, es la que me acompaña en mis sueños, en mis juegos, en mis castigos, es casi como una parte de mi. Si, ya se que es imposible que una muñeca de trapo llore, pero es lo que soñé, nadie controla lo que sueña. De todas maneras, me levante y fui hasta su pequeña camita, y la tome en mis brazos para asegurarme que estuviese bien. Se sentía un poco extraño su relleno, pero ningún otro síntoma para preocuparme, así que la deje durmiendo y me fui a comer. Sin embargo, no pude sacarme de la mente, que mi muñeca estaba triste, el llanto seco y entrecortado se escuchaba muy real, pero sobre todo triste, muy triste, como cuando mi mama llora porque mi papa le pega. No podía sacarme ese llanto de mi cabeza.
 
-Mamita, ¿las muñecas lloran?
-No Verónica, son de trapo, no pueden llorar.
-Creo que mi muñeca Alma estaba llorando anoche.
-¡Te he dicho que las muñecas no lloran! ¡Come!
 
            Mama tenía razón, si las muñecas están hechas de trapos no pueden llorar, pero una pregunta me tenía traviesa la cabeza:
 
-Pero mama, si las muñecas no lloran, ¿Qué hacen cuando están tristes?
-¡Las muñecas nunca están tristes!
-¡Pero Alma esta triste!
-Que no Verónica, ¡Come!
-¡Pero papa me dijo que las muñecas se ponen tristes cuando uno no las cuida!
-Esta bien Verónica ¡Se le caen los botones cuando están tristes!
-¿Cuáles botones?
-¡Los que tienen en los ojos! ¡Haz silencio y come!
 
            No podía comer pensando en que las muñecas se quedan ciegas cuando están tristes. ¡Que malo es ser una muñeca! Prefiero mil veces llorar. Termine de comer e inmediatamente fui a ver a Alma, ¡tenia que consentirla mucho para que no se le cayeran los ojitos! Subí rápidamente a mi cuarto y vi la escena más horrible: ¡Alma estaba ciega! Un botoncito estaba a un lado de su camita y el otro guindaba apenas de un hilo en su cara.
 
-¡Mama! ¡Mama! ¡Mama!
-¿Qué te pasa Verónica?
-¡Alma se ha quedado ciega!
-¡Que locuras dices Verónica!
-¡Mira se le han caído los ojitos y ahora no puede ver!
 
            Mama tomo con cara de preocupada mi muñeca y trato de tranquilizarme diciéndome:
 
-¡Tranquila, que un momento le pego los ojitos nuevamente!
 
            Y con mucho cariño, le cosió los dos botoncitos nuevamente, pero era inútil, ¡Alma ya no podía ver!
Pase toda la tarde cuidándola, pues sabia que estaba enferma de tristeza, pero solo empeoraba a medida que pasaban las horas. Mama trato una y otra vez de consolarme, diciéndome que solo era una muñeca. ¡Que insensible! No ve que mi muñeca se esta muriendo. En la tarde se le comenzaron a descoser los hilos de los cuales estaba bordada su boca. Uno tras otro, cayeron sin cesar, hasta que ya no quedo ni rastro de esta tierna sonrisa que hasta ayer me contentaba. La tela se iba poniendo cada vez más vieja y frágil, como que si Alma estuviese envejeciendo. Cuando llego papa en la noche, ya casi se veía el relleno a través de la piel. ¡Pobre Alma, ya no podía ver los colores, ni las estrellas, ni la luna, ni el sol! ¡Ya no podía sonreír!
 
            Papa subió a verme molesto:
 
-¿Por qué lloras?
-Porque Alma esta muriendo.
-¡Que estupideces son esas! ¡Cuantas veces te voy a decir que no es más que una muñeca!
-¡Mentira!
-¡Ya veras como esto se acaba!
 
            Y furioso levanto a Alma por una de sus manitas, y arranco de un solo tirón los botoncitos que tenia por ojos, la golpeo con furia contra el suelo. ¡Yo gritaba con todas mis fuerzas que se detuviera, que la dejara en paz! Intente arrebatarla de sus manos, pero me aparto con su puño sobre mi cara. Me dolía las mejillas por el golpe, pero nunca deje de gritar, nunca deje de llorar, Cuando termino, pedazos de relleno e hilos estaban regados por toda la habitación. Corrí a tomarla entre mis manos, pero solo quedaba un pedazo de tela inerte entre mis dedos y sentí dolor, me sentí morir: ¡Mi muñeca Alma estaba muerta!
 
            Una sola cosa aprendí con su muerte:
 
            ¡No se si la muñecas lloran, pero no hay duda de que Alma si!
 
 
 
Samuel Rodríguez Nunes
            
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Descripción

Microrrelato dramatico

Palabras Clave: Muecas alma llorar llanto muerte

Categoría: Cuentos & Historias

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Comentarios (2)add comment
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Samuel Rodriguez Nunes

Gracias! Saludos
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June 12, 2011
 

Miriam

SAMUEL,ME PARECIO HERMOSO TU RELATO,LLENO DE INOCENCIA,AUNQUE A VECES LA INOCENCIA NO SALVA A LOS NIÑOS DE SUFRIR POR AQUELLO QUE CREEN CIERTO,Y LOS LASTIMA...ME GUSTO LEERTE,TE DEJO ESTRELLAS Y MI CARIÑO,BIENVENIDO
Responder
June 02, 2011
 

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