La Diosa de la Noche
Publicado en Jun 16, 2011
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El diario señalaba en su titular “Horrible muerte encuentra travesti en el puerto” con él llegan a tres los decesos en el barrio rojo en lo que va corrido del mes. El periódico agregaba que había dos víctimas más que lograron sobrevivir, y que un tercero se debatía entre la vida y la muerte. A pesar de las investigaciones realizadas por la policía, aún no se conocía quienes estaban detrás de esta ola de crímenes que tenía conmocionada la opinión pública.  Los principales sospechosos de estos actos vandálicos eran atribuídos a grupos Nazis o Góticos Extremos, pero las pesquisas aún no lograban arrojar resultados concretos.
 
El padre de Samuel parecía disfrutar leyendo la noticia, mientras su madre y él se encontraban totalmente angustiados, choqueados por la fotografía del cuerpo tapado con diarios que dejaban entrever unas piernas delgadas y grandes calzados con tacones brillantes que utilizaba la víctima para ejercer el comercio sexual.
 
¡Todos estos maricones deberían morir! dijo el padre levantando el diario y mostrándoles la portada a ambos como exhibiéndoles un trofeo de guerra.
 
Samuel se levantó de la mesa asqueado, con ganas de vomitar. ¡Y a éste que le pasa! dijo el padre –cerrando el diario y mirando a su mujer con una cara de no entender nada. Ella no quiso contestar y salió tras su hijo.
 
¿Estás bien Samuel?- dijo la madre angustiada.
¿Cómo quieres que lo esté mamá? Ese que murió era conocido en el medio como Angelina, lo conozco de años. Dejó dos hijos que viven con su abuela y que no tienen idea de lo que pasó con su padre. ¿Ahora quién los va a cuidar? ¿Quién se hará cargo de esos pequeños? La madre es una drogadicta que abandonó a Roberto al saber que era homosexual, incluso por despecho le hizo perder su trabajo. Desde entonces, no le quedó más remedio que trabajar como travesti. Este país de mierda, mamá, es tan discriminatorio con gente distinta como nosotros, que la mayoría no tiene más alternativa que la prostitución. Mira a papá, él y sus compañeros detectives, viven tratando de atraparlos y sacarlos de la calle, y si no trabajan ¿con que viven? Aparte de discriminarlos no les permiten trabajar para vivir. ¡Te das cuenta mamá! Ya no sé que hacer. A veces quisiera terminar con todo esto.
 
¡Calla hijo! déjate de esas cosas. ¿Por qué mejor no te alejas de esa vida nocturna?
¿Qué dices madre? Te volviste loca ¿En qué estás pensando mamá?
Hay hijito, hijito, por qué las cosas deben ser tan difíciles – dijo mientras lo abrazaba.
 
Samuel, deshecho con la noticia de su amigo/a, puso las cosas en su mochila, sacó el taxi en que trabajaba y salió a la calle. Si su padre (en extremo homofóbico) supiera su verdad – pensaba. El dinero que ganaba de noche con su show de transformista, su padre creía que provenía del taxi, sólo su madre sabía la verdad de todo.
 
Necesitaba saber como estaba la señora Marisol, por lo que se dirigió a verla. Cuando llegó estaban sus pares consolando a la pobre que lloraba abatida, ante la mirada atónita de los pequeños, que por más que preguntaban que sucede con la abuela y por que su padre no había llegado en la mañana, no recibían  respuesta. Quédese tranquila doña Marisol, entre todas le vamos a ayudar con los niños, no se preocupe, no les faltará nada. Por ahora le diremos que el papá anda de viaje, nosotras nos encargaremos de todo le decía la “Coté” (refiriéndose al funeral) que era la más vieja de todas y que hacía las veces de  líder para estos casos. Dejaron a la abuela y a los niños acostados, y la “Flora” se quedó acompañándolos por esa noche, mientras las demás salían a trabajar. Samuel, ofreció el taxi, y las acercó al muelle a la espera que los tripulantes de buques extranjeros bajaran.
 
Saludó al portero del club, quien le dijo se apurara, pronto le tocaría su turno. Entró al camerino que compartía con otras colegas y comenzó a maquillarse, mientras lo hacía la imagen del periódico se presentaba como una visión desgarradora en su memoria. Recordaba la conversación con Roberto después de que su esposa le abandonara. Que voy a hacer Samuel ahora, está mujer fue a denunciarme en el trabajo e hizo que me despidieran por mi condición. Además yo no tengo tu talento, sólo me queda la calle ¿te das cuenta? Después de tener una vida respetable donde me ganaba mi sueldo dignamente… no por nada estudié para Contador de noche, para ser alguien más en la vida. En los más de diez años que llevaba en la empresa sólo recibí elogios, y ahora por ser homosexual me terminan despidiendo sin más. Al lado izquierdo del espejo que utilizaba para maquillarse, tenía la foto de su amigo, con el vestido rojo que él le regaló para la noche de su debut, ya dos años atrás. Recordaba lo nervioso que estaba, pensando si llegaban a reconocerle sus conocidos o compañeros de trabajo.
 
Se abrió la puerta y le gritaron sólo dos minutos más y sales Diosa. Se arregló la peluca platinada, se acomodó el vestido, repasó el labial por sus gruesos labios y se corrigió la pestaña postiza del ojo derecho. Tomó agua para remojar la garganta, se contempló por última vez frente al espejo y salió rumbo al escenario, justo en el instante en que el animador exclamaba, ¡Con ustedes la Diosa de la Noche Porteña!. Las luces iluminaban su ingreso al escenario y las hojuelas de su vestido relampagueaban destellos de colores, mientras el público aplaudía a rabiar. Eran esa su droga los aplausos, aquellos que le hacía olvidarse de su penosa existencia, para sentirse como la Diosa del espectáculo, la Diosa que se adueñaba de su cuerpo, de su voz, de sus gestos, posesionándolo por completo para por un instante ser la mujer que llevaba dentro. Antes de culminar su show dedicó su última canción a su amiga Angelina que descansaba en paz, y el tango lo cantó con el alma no pudiendo evitar que la emoción dejara escapar más de una lágrima, provocando el delirio del público, que pedía enardecido su regreso al escenario.         
 
Entrando apenas al camarín, su celular comenzó a sonar, era la “Fiera” que le pedía ayuda estaba a una cuadra más abajo y dos tipos pretendían golpearla. Sin pensar y viendo la fotografía de Ricardo en el espejo, decidió salir de inmediato. Fueron los tacos los que le hicieron reparar que estaba vestido de mujer. No tenía tiempo para devolverse, la vida de su amiga corría peligro, se sacó los zapatos y comenzó a correr descalzo. A poco andar, pudo ver las imágenes de dos hombres en el callejón quienes usando bates de béisbol propinaban golpes con una furia espantosa a la mujer. Desesperado y horrorizado comenzó a gritar que la soltaran, pero no se detenían y parecían descargar con más violencia los golpes. El pavor se apoderaba de él, que en ese momento no sentía la mugre y los orines que pisaban sus pies descalzos, sólo el impulso y la desesperación de salvarla le empujaban. Pudo ver el rostro ensangrentado de la Fiera mientras su cuerpo se deslizaba casi inerte por la pared. Juró que mataría a los responsables, alcanzó a darse cuenta que ella aún estaba con vida. Tomó un fierro de uno de los tachos de basura, y se disponía a descargarlo con todo su coraje sobre la espalda de uno de los hombres, cuando éste se giró hacia él. El horror se quedó grabado en su rostro antes de recibir el golpe en su cabeza. La descarga furiosa de su agresor no sólo le partía el cráneo, no sólo desgarraba sus masa encefálica provocando que la sangre brotara como erupción volcánica, no sólo le hacía sucumbir en un dolor que perforaba sus entrañas cual estaca que abría sus carnes, sino que parecía extraerle sus ojos con una garra, cuando los mismos se enfrentaron a los de su agresor, a esos puntos negros bañados de odio desenfrenado y sangre. Quien diría que sería lo último que alcanzaría a grabar en su memoria, no pudiendo imaginarse que aquellos serían los de su padre.  
 
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Foto del autor Esteban Valenzuela Harrington
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Descripción

En la noche todos los gatos se visten de negro.

Palabras Clave: Diosa

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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Esteban Valenzuela Harrington

Gracias Daih por tu comentario. La verdad es que es un tema complicado que la mayoría evita, como si de esa forma dejara de existir. Yo sólo quise ponerlo en el tapete, ojalá que muchos reflexionaran sobre el tema.

Un abrazo,

Esteban
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June 22, 2011
 

daih

Excelente hstoria, narras una verdad con irreverencia, el respeto. el dolor, la lucha contra la discriminacion, es todo un submundo an avedado. Ademas muy entretenido y atrapante leerte, Mis elicitaciones, Compatriota tenias que ser !! jaja. Besos
Responder
June 17, 2011
 

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