Roxanne, tu sueño, está viva!
Publicado en Jun 20, 2011
Le decían diamante, o por lo menos eso sabias, entre tu locura le haz puesto un nombre bastante común y sucio (para ti lo era) un nombre popular entre su "profesión" le haz llamado Roxanne.
Y tratabas a cada momento, saber mas de aquel tesoro, quien te servia el desayuno todas las mañanas y te atendía con tal dedicación (siempre pensaste que eran las propinas) que te embrutecía con tu rastro que dejaba al caminar, contoneando tus delirios detrás de esa pequeño vestido rojo, y su aroma de mujer, mezclado con sudor y cigarrillos de la noche anterior. Sabes que te enloquecería morder esos labios jugosos y exprimirles todo el sabor posible, entre alcohol y su pasión al hacer el amor. Sabes lo que quieres, quitarle esas altas zapatillas y darle descanso a sus largas jornadas de trabajo, quieres que camine sobre tu piel, y servirle hasta en lo mas mínimo para hacerla feliz. Un suave pero dedicado masaje a su fina espalda, se te figuraba repleta de plumas suaves y delgadas, recorrerías con delicadeza cada rincón de su hermosa piel, y te perderías al besarle la nuca cuando ella durmiera y bella se dejara ver. Sabes que ella es diferente, a pesar de tu escaso conocimiento hacia ese ambiente, lo sientes en su forma de mover, en su tono al hablar y en las pocas veces que haz logrado cruzar tímidamente su mirada. Te llena de una curiosidad casi indomable, y al escuchar sus pasos te estremeses, aprietas los ojos y dientes, la ves en tus sueños, la ves tuya y no de ellos, los pasos se aproximan, tragas el amargo cafe y te preparas para abrir los ojos, te arranca delicadamente de tu sueño con su voz, para verle y sentirte en el cielo, cegada por un angel cuyas alas en el infierno quemo. La vez como diosa, detrás de ese cabello mal recogido, y ese maquillaje barato, no puedes resistir la tentación de pasear rápidamente la mirada por su escote y al tiempo apretar el tenedor, tratando de retener impulsos salvajes que te parecen tan patéticos a tu edad. Por fin logras despegar tus labios, y de ellos brota una voz madura, serena, pero a la vez ansiosa -me traes la cuenta por favor?- y antes de que ella responda, tu ya te haz preparado para retener su voz en tu memoria y delirar un poco mientras acercas tu nariz a su cintura. -enseguida- respondió. Al darse la vuelta, comenzaste a cuestionarte sobre su forma de vida, sobre su pasado, sobre sus sueños, sobre Roxanne. Tu Roxanne. Escribes como siempre, en el pedazo de servilleta que te sobra, ¿Quien eres? Te levantas, coges tus libros y dejas propina, y la servilleta hecha bola sobre la mesa. Cruzas la puerta hacia el mundo de verdad, solo te permites soñar los primeros momentos del día. Te dispones a segur tu camino como siempre, al trabajo y después a la casa. Pero algo cambiaría de regreso. Te dominan esos sentimientos de animal enjaulado, la quieres solo tuya.
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Felicitaciones
Ramón Ferreiro Gómez