Castillo
Publicado en Jun 27, 2011
Bien está el hombre en su castillo
armado con hondas y saetas. Guarda el fuerte aquello que custodia dentro de infinitos muros inexorables. Las enredaderas ayudan al caudillo orgullosamente dotándose de espinas. Más en las mazmorras hay espías durmientes que quieren adueñarse del valor de sus ecos. Y el amo se baña en la sangre del dragón y les va al encuentro con yelmo y cimitarra para así azorar los cuellos impolutos de aquellos que le muestran una cara amigable. Poco a poco, los molerá a los días cuando vayan sacando sus cuellos de serpientes.
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