TRANSHUMANTE
Publicado en Jun 28, 2011
TRANAHUMANTE
Después de mirar, Ariadne, el fasto del palacio, la música, las viandas, las brillantes prendas, las joyas colgadas de los cuellos blanquísimos, danzaba, astroso Arlequín. Y deseaba, mientras te miraba, abrazar la pureza que por las noches se cubre con lienzos entretejidos con cuatrocientos hilos y perfumes del oriente milenario. Pero ahora tengo que partir para seguir mi danza en las plazas astrosas, en los pueblos abiertos al viento gélido del norte, abiertos a los caminos infinitos, a las melodias extrañas, a los ritmos entrañables de partidas y llegadas, para poder vivir en el deseo de formarte un dogal entre mis brazos. SAN JERÓNIMO LÍDICE, JUNIO 27 DE 20011.
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