Doble Mundo
Publicado en Jun 30, 2011
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Doble Mundo
 
Día 30 de abril del 2090, la guerra ha terminado gracias a mi audaz y astuta idea de camuflar grandes líderes en las bandas armadas en contra de la ley, hemos logrado capturar a casi todos los integrantes y la delincuencia común ya es muy escasa. Hoy me preparo para recibir una conmemoración y harán una gran ceremonia en mi nombre, pues fui yo quien prácticamente acabo con aquellas injusticias y bandas criminales de la ciudad terranova.
Ya son aproximadamente las 2:00 PM, me encuentro camino hacia el auditorio, pero no me encuentro muy feliz a pesar de que todos me harán honores a mí, me siento un poco vacío, la explicación no lo sé, solo tengo una sensación que no había sentido antes, así que trato de relajarme y estúpidamente intento explicarme a mí mismo que son los nervios de aquella ceremonia.
Una vez concluida la ceremonia, me dirigí rumbo a casa, así que antes de partir empecé a guardar algunos detalles inútiles que muchos de los grandes personajes me dieron, al abrir el portamaletas me sorprendí pues note que había una máscara que me miraba fijamente, como invitándome a que hiciera uso de ella, era de esas que cubría casi todo el rostro exceptuando la boca, así que la tome, guarde el resto de las cosas y me subí al automóvil, arranque y me movía lentamente por las calles de la ciudad siempre con la máscara en la mano,  de pronto mi vista se quedó en un pequeño callejón, en la mitad de este se hallaba un triste bar, un poco descuidado, su letrero con pocas luces  y un personaje grande y musculoso parado en la puerta, pude identificar rápido a un hombre que entraba en ese momento a aquel sitio, era uno de los delincuentes que yo tanto buscaba así que me decidí a entrar, pero pensé que no podía ir así como estaba, no sé por qué en ese momento vino un idea estúpida a mi cabeza, pero a falta de otras ideas decidí aplicar esa, era ponerme la máscara y entrar.
Al llegar a la puerta aquel hombre que se encontraba allí se quedó mirándome, lo mire fijamente a los ojos y le dije,  caballero, espero que  este dinero sea suficiente para que usted no restrinja mi paso, el hombre soltó una carcajada un poco malévola y abrió la puerta sin decir una sola palabra, así que yo solo me dedique a entrar, empecé a bajar las escaleras, un poco lóbregas y oscuras, pero al final de ellas se encontraba otra puerta de la cual salía humo y luces. Abrí la puerta y entre, muchos me miraron extrañados, otros menos inocentes, me miraban con burla y unos pocos ni miraron, pensé que no debía demostrar ni miedo ni asombro, simplemente actuar como criminal,  cosa que se me hizo muy fácil, pues yo ya lo había hecho antes para poder atrapar a muchos de ellos.
Me encontraba ya en la barra y pedí un trago, en ese momento alguien me dijo “ bienvenido amigo, me imagino que usted también está interesado en el motín que haremos dentro de unos meses” lo mire con cara dudosa y le dije, no sé de qué está hablando, así que aquel hombre me explico que pensaban hacer un motín y tomarse puntos estratégicos de la ciudad y así asesinar al gran y venturoso teniente coronel Roy Di Martino es decir, yo, vaya sorpresa que me lleve, pero el hombre también me dijo que no habían podido comenzar por que tenían un pequeño inconveniente, el líder que estaba llevando a cabo la operación había sido capturado por la fuerzas especiales de los comandos negros, vaya casualidad, la unidad que yo dirigía.  Le dije al hombre que si estaba interesado en unirme a sus escuadrones para hacer aquel motín y que me tendría todos los viernes en aquel bar para escuchar sus conferencias.
Termine mi trago y Salí de aquel lugar, mi corazón estaba tan agitado y mi cuerpo totalmente lleno de adrenalina por aquel momento, tuve una sensación indescriptible pero muy agradable, eso me distrajo un poco, así que subí al auto y tome de nuevo rumbo hacia mi hogar.
En la casa, me encontraba cerca de la ventana viendo un amanecer espectacular, me di cuenta que aquella experiencia fue única y que en verdad la quería repetir, las horas pasaban y pasaban, eran ya las 7:00 am en punto, así que tome un buen baño, me senté a la mesa, comí algunas frutas, tome mi jugo de naranja y partí hacia mi oficina. Cuando llegue me senté levemente mientras miraba papeles sobre mi escritorio,  algunas secretarías y capitanes inferiores a mi rango me hablaban, yo no ponía mucha atención, estaba pensando en aquel suceso pasado, aunque me carcomía por dentro la idea de que mi cabeza estuviese en peligro no le dije a nadie sobre aquel suceso.
Pasaron muchos viernes, casi dos años,  y yo era ya un gran líder de aquella organización en contra de las milicias,  este grupo se  hacía llamar o bueno, nos hacíamos llamar sombras nocturnas, algunos eran capturados y otros no volvieron, así que ya era yo el gran y único líder de aquellas tropas delincuentes, ya tenía demasiado respeto y todos me llamaban mascara, siempre tuve la máscara puesta mientras estaba en aquellas reuniones y ahora mandaba a todos esos delincuentes.
Un día en mi casa, después de un viernes en el que ya habíamos planeado como iba a ser y cuando sería ese motín,  empezaron a llegar preguntas a mi mente que me desconcertaron, ¿pero qué estás haciendo?, ¿Acaso te piensas matar a ti mismo?, me preguntaba, de pronto caí en cuenta de que eso era cierto, yo el gran justiciero me había convertido en un gran jefe de la injusticia y lo más grave es que a quien iba a matar era a mí mismo, que estaba pasando conmigo, por que hice eso, creo que la vida vacía me llevo a cometer esa tontería, así que me di cuenta que ya era dos personas distintas al tiempo y que no lo podía controlar.
A la mañana siguiente decidí acabar con uno de mis dos yo, así que empecé por ir a la oficina una vez llegue todo seguía normal, las secretarias corrían de aquí para allá y de allá para acá, algunos suboficiales preguntaban cosas a los oficiales y a los de mayor rango, trabajaban duro y hacían todo muy ordenado con el propósito de lograr ascender dentro de la milicia, los oficiales como tenientes, capitanes, primeros, etc. También trabajaban en sus oficinas pero no con el mismo esfuerzo que lo hacían los suboficiales y secretarias, los generales y coroneles no habían llegado aún, creo que nosotros nos damos el lujo de llegar a la hora que se nos plazca ya que no tenemos jefes directos. Me di cuenta que en el plantel no encontraba magia alguna, hasta que un suboficial se me acerco y me hizo una pregunta, que por el momento no deseo hablar sobre ésta, pero la verdad fue que me dejo pensando mucho sobre los motivos del por qué estaba yo en ese cargo. En la tarde a eso de las 6:00 PM fui a aquel bar o sitio de reunión, me puse la máscara y entré, allí empezaron los maleantes y delincuentes a preguntarme cómo íbamos a hacer para empezar el motín, pues me recordaron que el éste sería al día siguiente.
Son ya las 11:00 PM y aún no he decidido a quien voy a acabar, al gran líder de delincuentes o al gran estratega justiciero, para muchos en éste caso la decisión sería fácil pero para mi no lo era,  pues las dos me generaban emociones diferentes y hacían mi vida menos monótona, así que empecé por poner las cartas sobre la mesa para obtener una respuesta, por un lado tenía un dirigente que llevaba a sus soldados por el buen camino, que daba felicidad a aquellos que podían salir a caminar seguros en las noches, aquellos que sabían que esta ciudad era perfecta para ver crecer a sus hijos, para el cuidado de las familias, para salir sin preocupaciones más que las que aquejan al ser humano, entre muchas otras que no es momento para pensar, pues hay cosas más importantes que recordar y por el otro lado tenía un líder que comandaba a hombres sedientos de poder y que confiaban en mi, que me veían como su héroe y su amigo, además de que yo había diseñado un plan perfecto y escoger el primer yo me llevaría a arruinarlo, pero escoger el otro yo me llevaría a arruinar la felicidad de muchos, di vueltas y vueltas, pensé mucho y me dieron las 2:00 am, pero para esta hora ya había tomado una decisión.
6:30 AM me levanto, tomo un baño, me doy un buen desayuno y llamo a uno de los delincuentes que había quedado de reunir a todos, así que le digo cambio de planes, el motín no será a las 5:00 PM si no que lo haremos dentro de dos horas así que reúne a todos. Salí hacia la oficina y le dije a los suboficiales y a las secretarias que se fueran que hoy les daba el día libre y a los generales y coroneles los convoque a todos a una reunión a las 7:30 en la oficina mayor, me puse mi mejor traje y volví a llamar a aquel delincuente, le dije que no me esperaran, que empezaran el motín sin mi y que colocaran las bombas cerca de la parte derecha del edificio donde quedaba la oficina mayor, en mi mano empuñaba un papel en la cual tenía una copia escrita de la pregunta de aquel suboficial, la cual me ayudo a tomar la mejor decisión, dieron entonces las 7:30AM y todos los dirigentes del plantel estaban ya reunidos y les pregunté ¿Señores, que paso con nosotros, unos hombres aventureros, apasionados, salidos de la rutina y siempre acompañando las tropas para capturar a los delincuentes? ¿Nos volvimos acaso como aquellos ineficientes dirigentes de oficina que solo les importaba el dinero y ya? Mientras unos trataban de darme explicaciones vanas, otros simplemente pensaban en lo que dije y algunos que ni prestaron atención, trataban de volver a preguntar qué pasaba dieron las 8:20 AM  en esos momentos les pedí silencio y les dije, no voy a dejar que nos volvamos simples oficiales de oficina a los cuales nadie recordará, así que hoy seremos héroes y nuestro recuerdo perdurará por siempre, en esos momentos se escuchó una fuerte explosión que genero una cadena de explosiones hasta que llego a la oficina mayor y de pronto hubo un silencio total,  de un momento a otro comenzaron a sonar las alarmas y a llegar la policía, el ejército y todos los distritos de seguridad, hubo algunos disturbios, mucha gente corría, otros celebraban y otros menos afortunados lloraban y pedían perdón.
En los medios salía en las noticias que habían muerto todos los generales y coroneles de las fuerzas especiales de los comandos negros.
Al otro día algunos amigos y la novia del coronel Roy Di Martino fueron a su casa y empezaron a buscar cosas y entre los papeles encontraron la siguiente nota:
“¿Coronel Roy Di Martino, yo le puedo hacer una pregunta? Mire, yo a usted lo admiraba mucho porque era un hombre valiente, apasionado por lo que hace,  su vida no es monótona y siempre está al lado de sus tropas para ayudarlos, ¿Qué paso con usted, que ahora es simplemente uno más?”
Al lado de ésta se encontraba otra, así que uno de los tenientes la leyó y decía:
“ Soy el coronel Roy Di Martino, si alguien está leyendo esta carta es porque ya me encuentro muerto, así que como ultima orden a mis comandos y a los policías de la zona les pido que vayan al siguiente bar, al final está escrita la dirección
Posdata: Ir con muchas tropas y varios refuerzos, y por favor, antes de capturar a uno de los delincuentes más importantes del cual dejo una foto, entréguenle la máscara que está encima de la mesa. “
Ese mismo día estaban en el bar todos los delincuentes celebrando la muerte del coronel y al instante llegaron el ejército, la policía y los diferentes distritos de seguridad, capturaron a todos los delincuentes que se hallaban allí, la mayoría grandes líderes de bandas delincuenciales muy temidas, con éstas capturas lograron casi que exterminar toda la delincuencia común, con una excepción, alguien que no fue a aquel bar ese día, ese alguien era el hombre que el coronel Roy Di Martino indicaba en su carta.
 
FIN
 
 
Camilo Henao Valencia
 
 
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Descripción

Un hombre, que durante su vida se dedic a luchar contra las injusticias y el crimen se da cuenta que quiz no tomo el rumbo correcto y decide dar un giro a su vida.

Palabras Clave: Doble Mundo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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