Una Pequeña Dedicatoria
Publicado en Jun 30, 2011
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Una Pequeña Dedicatoria
 
 
“Es imposible que tales potencias o seres hayan sobrevivido... hayan sobrevivido a una época infinitamente remota donde... la conciencia se manifestaba, quizá, bajo cuerpos y formas que ya hace tiempo se retiraron ante la marea de la ascendiente humanidad... formas de las que sólo la poesía y la leyenda han conservado un fugaz recuerdo con el nombre de dioses, monstruos, seres míticos de toda clase y especie...”  Algernon Blackwood
 
Eran las 5:30 de la mañana, como cualquier día cotidiano sonó el despertador o más bien la alarma de su celular, él se despertó, abrió los ojos lentamente y mantuvo la mirada fija en el techo de su habitación, su mente se quedó por un leve instante en blanco y de pronto reacciono diciendo, verdad, hoy es el día…se levantó de su cama con gran ánimo y se ducho, se vistió, ordeno su cuarto y se sentó a la mesa, su madre lo miro con esos ojos de ternura y de amor maternal y le paso su desayuno besándolo en la frente y le dijo Robert ojala tengas un lindo día, después ella tomo su jugo de naranja y salió, su padre desde la puerta la llamo diciéndole que se les hacía tarde y se despidió mientras se le dibujaba una disimulada sonrisa de orgullo por su pequeño hijo.
 
Faltaban ya diez para las siete y el bus escolar llego a su casa, el cerro la puerta y se montó en el bus, se sentó junto a su amigo Jack y su amiga Isobell, los saludo y les dijo hoy es el gran día, hoy iremos de visita al gran y majestuoso museo nacional, estoy ansioso por que hoy será la presentación de obras macabras y terroríficas, saben bien que nada logra asustarme y no creo que hoy sea la excepción, así que ustedes par de miedosos deben irse preparando para que no se vayan a impresionar mucho y sonrió, sus amigos lo miraron y también soltaron una risa nerviosa y de amistad, el bus ya estaba lleno y su profesora se levantó de su asiento diciéndoles que ya casi llegaban al museo y que no olvidaran no separase de su grupo ya que debían recordar que como la presentación del día de hoy sería de terror entonces no iba a ver mucha iluminación, solamente en las obras y unas pequeñas luces en el camino hacia ellas.
 
Media hora después del viaje ahí estaban, era el hermoso y gran museo nacional, era un edificio antiguo y sus paredes pétreas y lúgubres le daban un toque de misterio a la majestuosa obra arquitectónica,  Robert estaba realmente emocionado y su ansiedad se disparó cuando vio que en la puerta de entrada al museo había una estatua de cera de nada más y nada menos que el gran escritor Edgar Allan Poe y le dijo a sus amigos, esto si será una gran aventura, entraron al museo y había todo tipo de esculturas, estatuas y pinturas, todas macabras como lo merecía la ocasión, muchos de los alumnos en verdad estaban aterrorizados pero Robert, Jack e Isobell eran uno jóvenes muy metidos en el cuento del terror y era bastante trabajoso el ocasionarles susto alguno, estos tres fijaron al tiempo su mirada en una pintura, ésta casi no poseía luz, por ende no se veía muy bien así que los chicos decidieron acercarse para mirarla mejor, la pintura se robó su concentración, nunca habían visto algo parecido, ni la representación del Necronomicón  de H.P Lovecraft ni el mismísimo Cthulhu del mismo autor los había asombrado tanto como ésta obra maestra, no tenía el nombre del autor ni tampoco se encontraba en exhibición pues después de un largo tiempo notaron que no estaba colgada de nada si no que la habían puesto ahí por un simple descuido, era una criatura indescriptible, algo que jamás habían visto ni en el cine ni en los libros, era algo único, su cabeza estaba cubierta por una de las máscaras del teatro pero ésta solo cubría sus ojos y su nariz, sus labios estaban cocidos con hilos, su cuerpo era el de un humano, cuatro extremidades y un tronco, se notaba que era una criatura de dos o quizá dos metros y medio, su cuello era blanco y su traje negro como la noche oscura, tenía la sonrisa más diabólica que jamás hubiesen visto y sus ojos reflejaban la maldad pura, sus dedos eran demasiado largos y puntudos, se podía observar que tenían un gran filo y a su lado llevaba un corcel blanco con una máscara que cubría su rostro, y sus patas eran tan delgadas como las de un flamenco era un criatura realmente tenebrosa al igual que su dueño o jinete, cuando estaban más entretenidos con la pintura alguien les hablo por la espalda y les dijo, no es un cuadro, es una foto que tome hace unas cuantas noches en este museo, es un hombre que suele caminar a la luz de la luna por el jardín del museo, pero les recomiendo que sigan con su grupo pues dentro de poco se ira, el hombre se voltio y se fue, no alcanzaron a ver su rostro pero sí lograron ver que llevaba la camisa que portaban los empleados del museo, pero sin más preámbulo partieron hacia el grupo que efectivamente ya estaban por abordar el bus.
 
Eran ya las 4:30 pm y Robert  se encontraba en su casa, la imagen de aquella fotografía no se le podía borrar de su mente y sentía una atracción insuperable por volverla a ver, hablando con sus amigos por internet ellos le confesaron que al igual que él sentían lo mismo y que esa imagen los había atrapado a todos tres, Isobell que de los tres era quien más conocimiento poseía les dijo que ella había buscado tal imagen en sus libros y que no había encontrado nada, y que eso la desesperaba así que había decidido volver al museo en la noche y colarse por una ventana que ella había visto no tenía seguro alguno, Robert y Jack decidieron acompañarla y quedaron todos de verse a las 9:00 pm cerca al museo.
 
Eran las 8:15 PM y Robert le dijo a sus padres que se iba a dormir temprano porque estaba muy cansado pues había caminado mucho en el museo y deseaba descansar, así que por favor no lo molestaran y subió al segundo piso y cerró la puerta, después se escapó por la ventana y se encontró con sus amigos los cuales también habían dado la misma versión a sus padres, eran ya las 9:05 PM e Isobell nada que llegaba de pronto a un lado del museo una luz se prendía y se apagaba, Jack dedujo que podía ser Isobell y decidieron acercase a lo que efectivamente comprobaron que era ella, se saludaron y ella les dijo que ya había mirado la ventana y que estaba sin seguro que podían entrar antes de que el celador terminara de revisar esa área, así que entraron y se dirigieron a mirar la pintura, y ahí estaba, los ojos de la criatura brillaban con la luz de la luna, un brillo imperceptible en el día, además de que miraban como si los estuviera esperando, como siempre Isobell tenía las ideas más locas y ésta vez no fue la excepción, les dijo que por que no se llevaban la pintura o fotografía para sus casas y que después la  devolvían sin que nadie se enterara de que no estaba, Robert dijo que si, mientras que Jack se retiró del lugar con las siguientes palabras “Yo prefiero no jugar con lo desconocido, es un juego del que no se sabe que esperar y no deseo correr riesgos” y sin más palabras dio media vuelta y se fue por el pasillo que llevaba a la ventana por done habían ingresado, antes de que Isobell la tomara se escuchó un grito horrible, tan frío y macabro que a Robert y a Isobell los recorrió un escalofrío de pies a cabeza y se miraron con unos ojos de terror que jamás se habían visto, después de aquel grito todo fue silencioso, más silencioso de lo común, ni si quiera los pasos de los celadores se escuchaban y en ese instante apareció Jack totalmente pálido y sin aliento, los miro mientras señalaba hacia el pasillo y les dijo, la ventana está cerrada y en ella hay marcas de sangre, así que decidieron ocultarse en una pequeña habitación donde guardaban los utensilios de aseo, la ventaja era que la puerta tenía unas pequeñas hendijas por donde podían ver lo que pasaba.
 
 
Llevaban ya dos horas escondidos y no había pasado nada, absolutamente nada, no se oían pasos ni gente afuera, ni si quiera el ruido de los autos, era como si se hubiesen llevado todo menos el museo, el pasillo estaba iluminado por trémulos rayos de luz que se desprendían de la luna, las luces de las pinturas estaban entre prendidas y las puertas hacia el jardín se veían abiertas, ante esto Isobell tuvo la idea de que se podían escapar por el jardín pues el muro no era tan alto y saldrían a la carretera y esperarían el transporte nocturno. Abrieron lentamente la puerta y en ese momento se oyeron unos pasos acelerados así que cerraron rápido y se dedicaron a observar quien era, paso un celador corriendo y abrió del todo las puertas del jardín, se veía muy asustado y en sus manos llevaba un arma lista para dispararse, se oyó un fuerte y acelerado galope, y una risa tan espantosa que a la luna hacía temblar, cuando el hombre levanto su arma para disparar, unos dedos largo se clavaron en su pecho y extrajeron su corazón, los chicos reconocieron aquella silueta que tras la luna se dibujaba, era la criatura, esa temida y horripilante criatura de la foto, los chicos no sabían que hacer, Robert miro a su amiga Isobell que fue siempre la más valiente y noto que su corazón palpitaba muy acelerado y su sangre se congelo, sus labios no se movían y sus ojos, como describir aquella expresión que se dibujaba en sus dos hermosos ojos verdes, era tan abrumadora aquella expresión que en sus ojos se dibujó que Robert perdió toda esperanza posible, así que decidió mirar a su amigo Jack, quien era el más temeroso de todos, estaba petrificado, ni si quiera sus ojos reflejaban algo, fácilmente se confundía con las estatuas de cera del museo, no quiso imaginarse como sería le expresión que él debía tener si sus dos amigos se encontraban así, ninguno pronunciaba palabra alguna mientras la criatura saboreaba lentamente la carne humana devorándose a aquel guardia del museo, en un ataque de desespero Jack abrió la puerta rápidamente y empezó a correr lo más rápido posible hacia la entrada principal, la criatura se quedó mirándolo y se dibujó en su rostro una fría y satisfactoria sonrisa de maldad, mientras Robert e Isobell decidieron quedarse quietos en el pequeño refugio, la criatura salió tras su amigo y ellos aprovecharon para cerrar la puerta que su amigo había dejado entre abierta y quedarse allí refugiados al menos hasta que amaneciera o la criatura los encontrara.
 
Se escucharon varios gritos y un llanto tan terrible y escalofriante que provenía de la voz de su amigo Jack, éste gritaba mátame, mátame ya, pero no me hagas más eso,  Isobell miro a Robert con una tristeza que venia del alma y del corazón y le dijo quisiera poder ayudarlo pero si vamos allá no servirá de nada, Robert no encontró una sola palabra que decirle solo la abrazo mientras de él se deprendían unas cuantas lagrimas sinceras de dolor, de miedo y de impotencia, de un momento a otro todo fue de nuevo silencio, ese maldito y aterrador silencio, después de una hora se volvieron a escuchar unos pasos, pero estás vez no era un sonido normal de un zapato contra el frío piso del museo, si no que se oían como martillazos que bruscamente estremecía el alma de los dos jóvenes que allí se escondían, esos pasos se hacían cada vez más fuertes  y se escuchaban cada vez más cercanos, estaban acompañados por unos respiros demasiado fuertes y por un ruido tan extraño que ninguno de los dos sabría describir, con cada minuto que pasaba más cerca se escuchaban, era una espera mortal, Isobell en voz baja le decía a Robert que si seguía así iba a enloquecer y Robert seguía sin encontrar palabras de consuelo para ella, de pronto los ruidos dejaron de escucharse, así que los chicos decidieron observar de nuevo por las hendijas a ver qué pasaba, pero cuando sus ojos se postraron sobre la puerta vieron algo  tan terriblemente abrumador que Isobell perdió el sentido y se desmayó y Robert quedo estupefacto ante aquel suceso, cuando los chicos miraron por la Hendija habían dos ojos rojos sedientos de sangre y muerte observándolos a ellos, en ese momento se escuchó como giraban la perilla de la puerta lentamente, Robert no sabía que hacer solo se limitó a arrodillarse y esperar una muerte horrible, tan horrible como esa noche que había vivido, cuando se abrió la puerta del todo ahí estaba parada aquella criatura de la foto, tan espeluznante y macabra como la ocasión lo merecía, la criatura miro fijamente a Robert y saliendo de su boca una voz tan horrible y oscura que parecía proveniente del fondo más remoto de infierno le dijo “Por fin los encuentro, fue tan larga la espera que merecía verlos postrados a mis pies, espero que recuerden bien este rostro pues será lo único que verán eternamente” en ese momento un rayo de Luz solar se coló entre las montañas e ilumino al museo, era ya de mañana, la criatura al ver aquella luz, solo llamo a su corcel y huyo hacia las sombras, Robert arrodillado e inmovilizado solo podía observar aquel sol que salía tan imponente e iluminaba todo el museo como un rayo de esperanza, de vida, fue el amanecer más radiante y hermoso que jamás había visto, sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría mientras Isobell recobraba el sentido lentamente, por fin Robert encontró unas pocas palabras que decirle a su amiga, se acercó a ella y le susurro con una voz más que melodiosa para Isobell “tranquila, ya todo pasó” se levantaron se dieron un abrazo y salieron del museo hacia sus casas.
 
Después de unas cuantas horas de sueño el padre de Robert entró a su cuarto y lo miro fijamente mientras le decía, hijo mío, tengo una triste y dolorosa noticia que darte está mañana llamo el padre de Jack preguntando por ti con una voz que se le quebraba, me pregunto que si tú estabas bien y me conto que está mañana encontraron los huesos de su hijo, su carne jamás aprecio por ningún lado, sus huesos estaban junto a los de dos personas más, ellos creyeron que podían ser tú e Isobell pero para mí consuelo tú estás aquí, si lo deseas podemos pasar por tu amiga e ir al museo donde en estos momentos están los padres de Jack para que hables con ellos.
 
Así fue, pasamos por Isobell y fuimos al museo, aunque nos sorprendió ver solo los huesos de nuestro amigo nada nos atemorizo y nos horrorizo más que cuando vimos junto a la foto de aquella criatura, donde va el nombre del autor los nombres de Robert e Isobell, y abajo en una letra cursiva pequeña decía “Con cariño para nuestro querido amigo Jack”
 
FIN
 
Camilo Henao Valencia
  
 
 
 
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Foto del autor Camilo Henao
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Descripción

Tres jóvenes deciden entrar a un museo en la noche, detrás de la idea de conocer más sobre un cuadro que les produjo una sensación de curiosidad y temor esa misma tarde en una exposición de terror, pero lo que encontraran será la maldad pura y algo que cambiara sus vidas para siempre.

Palabras Clave: Una Pequeña Dedicatoria

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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