LOS ELEGIDOS
Publicado en Aug 01, 2011
Capitulo uno
Pasado... Ya ha pasado siete años del incidente en la ciudad de la Roca, el gran desastre ocasionado por un grupo que usaba unas gemas misteriosas llamadas, Mejlóriam que al fusionarlas con su cuerpo obtenían poderes increíbles pero si el usuario fallaba, no estaba apto para usarlas, fallecían al acto transformándose en un bulto lleno de venas y sangre, muchos de estos eran bebes que les quitaban a las madres dando a luz y morían utilizados por el gobierno de la ciudad, experimentos. Pero solo siete sobrevivieron, los sietes elegidos para llevar su carga en sus hombros, pero el odio de ellos hacia el gobierno, con tan solo diez años destruyeron toda evidencia de que alguna vez existió una ciudad en ese lugar, utilizando el poder de las gemas destruyeron todo y al final de esa noche de luna roja, se prometieron no volver a verse y que continuaran con sus vidas, por el honor de aquellos que no pudieron vivir. Cuatros años después, unos inversionistas vienen a la destruida ciudad que solo es un pedazo de tierra y deciden reconstruir dicha ciudad pero que contenga el nombre de Yubotopia, era una meta de estos hombres, que alcanzaron en dos años y así, viniendo gente de los alrededores la tierra que sobraba se fue llenando hasta convertirse en la gran ciudad Yubotopia. Éstos hombres creían que si esta ciudad iba a ser la más reconocida por su gran paisaje tenía que tener así también una buena educación, contrataron mas cien obreros y arquitectos para hacer la mejor instituto nunca antes visto y así fue construido “El Instituto Varya” dividido en kínder, primaria, secundaria y hasta habían construido universidades en dicha ciudad. al siguiente año el instituto Varya ya estaba terminado y mil chicos estaban inscriptos, dieron cientos de becas para los chicos de los alrededores. Jamás pensaron los gobernadores de las ciudades vecinas que unos extranjeros podían levantar una ciudad en siete años, “bueno, supongo que es el numero de la suerte…”-dijo un gobernador vecino.
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Iramesoj le ogam
Un saludo, Mar