SAETA
 
Ese discurso largo, emotivo,
a ratos dolorosamente gracioso para mi,
a ratos sugerente de realidades no ocurridas,
intangibles,
deseadas con desesperación,
ha logrado revivir el amargo sabor,
nunca olvidado,
de antiguos desprecios,
de hirientes burlas,
de silencios aviesos
que se quedaron plasmados
en la música de unos versos
que casi nadie lee,
pero que contienen toda la carga
de aquello que no quería dar
pero que ha fluido pertinaz
por no se qué rendija invisible
que no puedo cerrar
porque me abruma
ver que la esperanza se diluye
mientras tu te anclas sonriente
en ese coloquio ardiente.
que ahora se hunde en mi memoria
como una aguda saeta
que partió de esa mirada.
 
 
SAN JERÓNIMO LÍDICE, AGOSTO 16 DE 2011.