Sombras anudadas a la raíz del árbol:
Los destellos han huído encima de unos ecos.
Cada arbusto es un horizonte en perpendicular
que se va degradando en memorias vegetales.
Allá, donde la parra una vez fuera duda
y se hundiera la idea en un río liquidado.
Una mujer sueña en sus mieles y azúcares
con un hombre que jamás alcanza a su camino.
La agrede la intemperie con sus uñas celestes
más ella se sostiene, pendular, en el vaho.
Es del mismo material que las altas secuóias
que esperan por milenios la venida del buho.
Si ella se contrastara con lo que es primavera
perdería la segunda sus más bellos talantes.
Su espera es la misma espera del espejo
que aguarda con paciencia para absorberlo todo.