PURO BLA BLA BLA
Publicado en Aug 30, 2011
Eres del sol la elegida Hermana de las estrellas. Cálida Sonrisa. De un amanecer sereno. Bajo la sombra de frondosos guarangos. Al ritmo de una polca. Las cotidianas horas danzan. Hermana y consentida hija. Del astro rey que con sus rayos. Te abraza todo el año. Entre los pueblos, la más querida. Con más atributos que otros Pero siempre… parca. Cual tañer de sonoras campanas. El pregonar de una lengua Dice quererte más que a su propia vida. Más, como se come Por la boca se habla. Y como se vive, no siempre se habla lo que se siente. Si las palabras fructificaran El mundo, en ti posaría su mirada. Porque de ti saldría la luz. Palabras, sólo palabras. Son inspiración efímera. Esperanza muerta, antes de nacer. El tiempo es un peregrino eterno. La vida en el tiempo, una ilusión fugas. Y tú, tú el espejo de esa ilusión. ICA, muchos dicen quererte Quererte con su preciada vida. Y tu cual moza ingenua, digieres sus halagos. ¡ICA, despierta! El tiempo pasa presuroso. Y sin sentir te haces añeja. ¡Despierta y empínate! ¡Se luz que vierte esperanza! ¡No sombras, engendro de dudas y de lamentos! Como ciudad del mundo… Te asiste el derecho de florecer. De ser flor que inspira. No espina que lastima. Tú, eres un mundo real. Valle de sonrisa trémula. Llena de caminos y de huellas. Tú, eres fuente de esperanza Semillas que germinan en fecundos surcos. Llenas de sed, pero con ganas por la vida. Mi canto Es la vos balbuceante que acuna el valle. Tus hechos Son la realidad que fructificas día a día. Progresar Es el justo anhelo de los pueblos. Dejarse arrebatar a cambio sus costumbres y sus creencias. Es el peor de los errores. Sin costumbres, ni creencias propias. Un pueblo carece de identidad. Sin identidad, ¡Eres don nadie! El día que dejes de ser Tú. No habrá más ICA por quien apostar. Ni a la cual, obsequiarle un sueño. Al alba, tus paisanos cantan Al medio día, dejan caer su sudor en tus entrañas. Y de sus esfuerzos el fruto Otros son los que cosechan. Ica, incorpórate orgullosa y anda. ¡Busca tu sitial! No dejes que otros decidan tu suerte. ¿Crees que otros harán por ti, antes que por ellos? Sabes que no ¿¡Qué esperas entonces!? Indiferente al rostro que estrenes. Cada día te encima el tiempo Y montando en tus espaldas, hace que su peso te abruma con los años. ¡Más tú, serás siempre escenario! Con diferentes actores Donde se estrene las alegrías y las vicisitudes de la vida. ¡Y el telón del gran teatro! Continuara su función en el tiempo A través de las diferentes generaciones. ICA, tu proximidad a la gran Lima. Es una gracia que no aquilatas. Te dejas opacar con su luz. ¡Has que tu arquitectura brille bajo el sol! ¡Que no parezca antesala de la capital! ¿Acaso pretendes vivir bajo su sombra? ICA, quererte dicen con hartura. Pero cuando de ellos necesitas. Se declaran, no habidos. Cuando un sentimiento es sincero. ¡Bastan los hechos! Las palabras sobran. Ica, no cimientes tus sueños sobre halagos. Por que su estructura, por mas solida que parezca. Colapsara ante la realidad. ICA, ¡despierta! ¡Bebe de tu realidad la hiel! El desorden, es fantasma que te abruma. La improvisación, es consuelo de tontos. Tus calles apretadas y maltrechas. No satisfacen la demanda del parque automotor. Bajo tu ardiente sol. La población se multiplica. E irónicamente en tus regazos. Decrecen tus áreas de cultivo. Ica… Montada en espumosas olas La esperanza asoma y se aleja de tus playas. La fortuna a tus espaldas ríe. Porque de la desidia, pareces haber hecho una bandera. Demuestra lo contrario ¡Incorpórate y anda! Tus inquilinos más que tus hijos. No corresponden al cariño que les das. Muchos de ellos Pagan con indiferencia tu hospitalidad. Negarte la atención que mereces. Es privarse el beneficio de tus encantos. ¿Mas que le va importar tus encantos A aquellos que en otros lares de sus encantos gozan? ICA, ¡habré los ojos y mira de frente a la cara! Solo así serás capaz de ver el rostro. De la mezquindad, de la indiferencia y de la mentira que en torno a ti anidan. ¡Despierta y ten siempre presente! El que ama, no pregona su amor. Sus actos son más elocuentes Que cualquier labia portentosa. Autor: Jorge Luís Cervantes Llauca
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