La ilusin del tormento
Publicado en Sep 01, 2011
Atormentarse por no tener lo que se quiere, cuando y donde se quiere, no tiene sentido. Aunque es imposible reconocer todas las implicaciones positivas y negativas de una situación, siempre tendrá su parte benéfica y su parte maléfica, así se pregona, "No hay mal que por bien no venga.".
¿Muy optimista? Puede ser, pero realista, porque aunque se quisiera, nada es completamente malo ni completamente bueno, ¡eso el juego de los equilibrios! En este, en el que todo mundo participa, con o sin consentimiento, el reconocer lo bueno y aprovecharlo es lo que arroja a los ganadores. Sin embargo, no todo para ahí; no basta reconocer y aprovechar, ya que, como todo mundo sabe, a toda acción corresponde una reacción, por lo que aprovechar lo bueno a su vez tendrá implicaciones buenas y malas y estas a su vez volverán a ramificarse, hasta el infinito. Al final, ¿cuál será el resultado? Sencillo, en algunas situaciones seremos ganadores y en otras perdedores, pero ganar o perder no es la cuestión de fondo, lo más importante es alcanzar la virtud, sí, la virtud de saber asimilar las consecuencias de nuestras acciones tanto por el triunfo como por la derrota y así eludir quedar atrapado presumiendo eternamente un logro o rumiando un fracaso. En la realidad, que llamaré vida, todo esto se complica aún más. Los antecedentes, las consecuencias y las finalidades previstas en cada una de nuestras acciones, se convierten en variables que, aunque pudiéramos considerarlas controlables, no lo son del todo. Por eso califico como virtud el que, aun sintiéndonos dueños de una situación, ocurran frecuentemente resultados inesperados, pero que a pesar de esto, podamos, no sólo mantener el control, sino además desarrollar nuevas alternativas de solución. ¡Esto es lo que yo llamo el verdadero éxito existencial! Entonces, ¿por qué atormentamos por lo incontrolable? La respuesta es, por naturaleza humana. Un instinto descontrolado de la comparación constante, lo que nos aleja de lo social, lo civilizado y lo racional y nos ciega por intereses personales mezquinos y superficiales que, en su mayoría, tienen que ver con lo económico. ¡Triste, muy triste, pero cierto! El interés económico ha movido a la humanidad lo largo de muchos siglos, ¿qué podemos hacer contra eso? ¿Abstraernos de lo material? Fácil, ¿no? ¿Concentrarnos en lo espiritual? Más fácil, ¿no? Para mí lo espiritual es la opción para terminar con el tormento, pero no en un sentido religioso, ¡coño! Sino en un sentido artístico, intelectual, que reanimé una vocación constructora y reduzca o de plano eliminé la destructora. Además, partiendo de que la intelectualidad aísla, será una ayuda para reducir el mal hábito de la comparación, nos entrenará para adaptarnos a la soledad, que no obligatoria, pero necesaria y reconfortante cuando se trata de crear. ¿Los solitarios son más creativos o más propensos a la intelectualidad? No, para empezar es condición creativa que la soledad sea un aislamiento voluntario y no impuesto o no deseado, en ese caso es más una condición para morir. Sin embargo, la soledad es engañosa. Si no se tiene disciplina y constancia, nos orillará al abandono, y a considerar el esfuerzo como una lamentable pérdida de tiempo, pero como lo mencioné, si no se tiene la facultad de ver lo positivo, lidiar con lo negativo irremediablemente nos llevará por el escabroso trayecto de las recriminaciones y los arrepentimientos por ser y por no ser, donde la claudicación estará siempre latente, pero eso nunca debe ocurrir, debemos sentirnos siempre capaces y confiados, es la única fuerza que siempre nos permitirá continuar avanzando. Por eso si no lo puedes controlar, no te debes atormentar porque esta en ti, sólo ti modificar tus metas y pasos para conseguirlas. No queda más para transitar este mundo, entonces, ¡bienvenida la virtud del autocontrol y de la adaptación!
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Guillermo Cervantes
Coincido y te acompaño, creo que la espiritualidad nos hace mas abiertos, compartir mas, aunque surja de un ejercicio íntimo y primario, que se desarrolla y se alimenta en la soledad, la gran virtud del hombre es tener que reflexionar primero para actuar con libertad y sensatez. El fruto; la armonía, si no la paz que cada vez es mas efímera, si encontrar como Yo contigo la nota concordante en éste universo de ideas, sentimientos y emociones. Gracias por compartirlo.