En el hielo
Publicado en Sep 11, 2011
Paséame madre en el paraje del cristal que suspende el hielo para que tú te mueras hoy y yo enferme para siempre, llévame entre los charcos de nuestra agua siempre tan sucia, nunca bendita, agua donde los niños se miraron los rostros y no descubrieron nada. Vamos por este risco, junto a estas paredes del viejo castillo que toda la vida ha oscurecido nuestra ciudad con su sombra afilada y cargada de sangre negra. Llévame madre entre la tos, con este andar de caracol, sin que los pasos se marquen sobre la nieve helada camino del bosque o por el sendero del lago, llévame donde mi primer novio me desfloró mientras decía lo siento.
Oh, ahora somos viejas, estamos muy cansadas, la enfermedad sobrevuela como un ave rapaz, ahora clava sus garras en tu piel de mujer vieja y se te va a llevar en este invierno que no sé cuando empezó: la tundra invadió la ciudad y dijo que nunca la abandonaría, se ha instalado para que vivamos entre el dolor por el frío tan enorme que padecemos enmedio de una noche clavada en sus puntas en el aliento vacío del universo, en las tetillas de Dios. Muérete, así tan despacio, deja un mapa de camino perdido con tu sangre sobre esta lineal memoria helada. Memoria helada... *Relato escrito con Encubierta. Encubierta ha escrito el segundo fragmento a partir de que yo le pasara el primero, una idea surgida al escuchar el poema sinfónico Tapiola de Sibelius, su tono sombrío, enmarcado en un paisaje musical muerto.
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Sam
Shona Lee
Encubierta
Shona Lee, con cariño: Déjalos. Si tienes que escribir mal sobre una obra, mejor no escribas nada... y comenta lo que cuelga de Marcelo!
Marcelo Sosa Guridi
Saludos a ambas. La próxima vez que escuchen algo así me invitan, ¿sí?
A veces veo Muertos
Natalyja Rosenvinge